En horas de la noche del pasado jueves 6 de abril el paso había quedao completamente bloqueado, en los tres carriles a Occidente y los dos carriles hacia la capital, luego de que se derrumbara gran parte de los taludes en el kilómetro 60 de ese tramo carretero, jurisdicción de Chimaltenango.
El 8 de habilitaron los carriles hacia la capital y desde ese día la Policía Nacional Civil, de Tránsito y la Unidad de Seguridad y Protección Vial (Provial) se encuentran en el lugar para regular el paso de vehículos.
Maquinaria del Ejército de Guatemala trabajó desde el 7 de abril para despejar la ruta y así permitir el paso, y tras horas de trabajo lograron habilitar los dos carriles hacia la capital, pero se hizo un reversible para permitir circulación en ambos sentidos.
EN ESTE MOMENTO
El pasado domingo, debido al regreso de veraneantes, las autoridades decidieron suspender el carril reversible por lo que ambas pitas fueron usadas para que tránsito que venía de Occidente hacia la capital.
El tránsito de las personas que iban hacia Occidente se desvió por el centro de Chimaltenango para que saliera en km 61 de la ruta CA-1, en donde se encuentra con el libramiento.
Maquinaria no llega
Este lunes 10 de abril se esperaba que maquinaria de la constructora del libramiento llegara para despejar los tres carriles a Occidente, pero hasta el mediodía no había llegado, confirmó Mario Ovalle, técnico del Departamento de Prevención de Volcanes de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
Agregó que fue maquinaria del Ministerio de la Defensa la que se encargó de despejar los carriles hacia la ciudad capital.
Constantes derrumbes
Desde que el libramiento de Chimaltenango se inauguró en abril de 2019, se han registrado más de 20 deslaves en el tramo, calificado de “mega obra” por el expresidente Jimmy Morales.
Con el paso de la temporada de lluvia saltó a la vista para todos los usuarios la fragilidad de la obra, una carretera de 14.5 kilómetros de cuatro carriles, cuyo costo ascendió a más de Q500 millones y estuvo a cargo de la empresa Constructora Nacional S.A (Conasa).