Alba Iris Ramírez, una de las afectadas, dijo que la tormenta duró varios minutos pero repentinamente un paredón del lugar cedió y de allí se desprendieron rocas de gran tamaño y la correntada abarcó unos 800 metros del sector.
Hizo un llamado a la población de Guatemala para que se unan y puedan apoyar a los afectados con donaciones de láminas, parales o ropa.
Josefina Estrada Chávez, otra afectada, mencionó que ella estaba en su casa cuando empezó a llover bien fuerte, incluso con granizo, pero no le dio mayor importancia, pues es normal que haya tormentas así.
EN ESTE MOMENTO
Recordó que luego de unos minutos el servicio de energía eléctrica se interrumpió por la tormenta y se fue a la sala y cocina a desconectar todos los aparatos eléctricos.
“En ese momento había mucho viento y granizo y se escuchó un fuerte estruendo y eran las piedras que se habían desprendido y que venían golpeando”.
Narró que en ese momento gran cantidad de lodo y piedras ingresaron a su vivienda y ella quedó con el lodo hasta el cuello.
Mencionó que su perro, de nombre Niño”, estaba afuera de la casa, pero la correntada se lo estaba llevando, por lo que ella, en su afán de rescatarlo, logró salir del lodo y escapó por una ventana.
“Logré sacar la cabeza por la ventana y luego salté, no sé cómo lo hice”, narró Estrada.
Dijo sentirse triste por los daños y pérdidas que le dejó el deslave, pues la casa era el esfuerzo de su papá.
“Me siento triste, porque mi papá acá dejó sus pulmones, para mí son recuerdos. Yo aquí nací y me duele ver la casa dañada, me da tristeza. Acá hemos pasado hasta terremotos y pero nada como esto.”, refirió Estrada.
Pidió apoyo de las autoridades y de los vecinos para que los ayuden con blocks, láminas, ropa de cama y otros enseres que quedaron sepultados bajo el lodo.
“La refríe, camas, televisiones, bicicleta y todas nuestras cosas están enterradas”, afirmó Estrada.
Édgar Amilcar del Cid Mendoza, pastor de la iglesia Ministerio de Vida en Jesús, puntualizó que hay que amar al prójimo y este es el momento en donde se puede apoyar a los afectados pues, pues perdieron todo.
“Hay familias que perdieron todo lo material, afortunadamente no hay víctimas, pero sí el esfuerzo de muchas personas que se quedaron sin nada.
Griselda Duarte Galdámez, también afectada por la lluvia comentó que en la parte alta del lugar una empresa está construyendo una carretera y eso propició el deslave, por lo que pide apoyo a las autoridades.
En su caso todos los electrodomésticos y muebles de la casa quedaron bajo el lodo y por eso afirmó que no tiene ropa y por eso piden apoyo de las autoridades.
Afirmó que la correntada también se llevó una moto de su propiedad, otra de ora vecina y también un carro de su hija.
Qué dice la comuna
Mynor Guillermo Orellana Mazariegos, alcalde de Amatitlán, fue entrevistado en el área del deslizamiento, y dijo que este afectó unas 50 casas.
Señaló que unas 50 personas del área fueron evacuadas por el peligro y fueron llevadas a un albergue.
Otro grupo, de unos 30 vecinos, no quisieron salir del área afectada, pues tenían miedo que les robaran sus pertenencias.
Comentó que junto a la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres se hace una evaluación de las casas afectadas para ver si tienen daños estructurales.
El jefe edil refirió que la prioridad ahora que las persona están a salvo es limpiar el área afectada e investigar qué fue lo que originó el deslizamiento de tierra.
40% de vulnerabilidad
El alcalde también afirmó que un 40% del municipio de Amatitlán está en riesgo porque está rodeado de montañas y la erosión también ha construido a que se originen este tipo de fenómenos.
En Villa Canales
Decenas de personas se vieron afectadas en la zona 1 de Villa Canales debido a las fuertes lluvias que provocaron el desborde del río Tulujá en la tarde del 10 de julio.
Este martes, las familias que habitan en los alrededores del quinel trabajan en conjunto para despejar el lugar que ha quedado cubierto de lodo.
Arturo Méndez, uno de los vecinos afectados, cuenta que su hogar ha sufrido daños, incluido el portón de lámina y alambre, que se ha roto y ha permitido el paso del agua, dejando a su familia con daños materiales.
Muebles, colchones, calzado y ropa son algunas de las pérdidas que han sufrido los vecinos ante las fuertes lluvias. “Hay diversas necesidades de víveres, ropa, (los vecinos) han perdido muchas de sus pertenencias”, dice Carlos Aguilar, quien vive a escasos metros del quinel, y llama a la ciudadanía a solidarizarse.
Además, los vecinos señalan que no cuentan con agua potable para enfrentar la emergencia. “Imagínese, todo este lodazal y sin el vital líquido, todo es peor”, agrega Lily Somoza, que describe esta situación como algo terrible e inesperado.