Esos cordones sanitarios consistían en cabinas donde una persona recibía rocío de amonio cuaternario y agua en todo el cuerpo.
Pero su uso quedó por un lado ya que sus beneficios no están comprobados, pero sí los efectos secundarios y perjudiciales para la salud.
¿Qué es amonio cuaternario? Es un derivado del amoniaco que junto al agua forma hidróxido de amonio. Es un agente contra microorganismos como virus, bacterias, hongos, entre otros.
En el mercado se le usa como producto para la desinfección de restaurantes, gimnasios o veterinarias.
Su uso se comenzó a multiplicar en el inicio de la emergencia global ya que su función resulta efectiva porque se adhiere y neutraliza aquellos microorganismos, pero no está comprobado su eficacia contra el SARS-CoV-2.
De allí que el Ministerio de Salud de Guatemala, así como sus pares en El Salvador y Perú, no recomienda los arcos sanitarios o cabinas de aspersión para desinfectar.
Aunque en Guatemala lo había implementado las municipalidades en un intento por contribuir al combate del virus, su uso no es recomendable en humanos a causa de los elementos químicos que contiene.
Además, del amonio cuaternario, los túneles o cabinas sanitizantes podrían haber usado otros elementos químicos como formaldehido, glutaraldehído, hipoclorito de sodio y peróxido de sodio.
Irritación de ojos, piel y mucosa con algunos efectos perjudiciales que puede causar el rocío de este producto en los humanos o animales.
Al tiempo que asegura que no hay prueba científica sobre los posibles beneficios, Salud no hace mención sobre su eficacia en artículos como vehículos o ropa.
La Universidad de San Carlos de Guatemala se unió a Salud para desaconsejar el uso del amonio cuaternario porque implica riesgos de reacciones alérgicas, asma, intoxicación o daños al ambiente y la vida animal.
En Guatemala, las autoridades han alertado sobre la fase crítica de la enfermedad y los contagios han tenido repuntes, con lo cual se ha retrocedido en algunas disposiciones que buscaban flexibilizar un poco la actividad.
Los mercados deben tener más controles sobre el número de personas, quedó prohibido de nuevo la comunicación entre departamentos y persiste el toque de queda para limitar los contagios.