Aunque el principal vehículo de contagio del nuevo coronavirus son los pacientes con síntomas, de acuerdo con el médico Marcos Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), un 75% de las personas son positivas y no tienen síntomas al momento del diagnóstico, sino conforme pasan los días estos aparecen, el otro 25% no desarrollará síntomas nunca.
No deje de leer
“Las personas infectadas y asintomáticas son el foco de contagio más importante en esta epidemia porque son un riesgo invisible”, menciona el médico Edwin Asturias, profesor de enfermedades infecciosas y epidemiología en la Universidad de Colorado, en Estados Unidos.
Esto representa un riesgo, porque ni el contagiado ni quienes están a su alrededor saben que tienen el virus, y esto expone a una población mayor, se desata, entonces, un contagio silencioso.
Los asintomáticos, según Asturias, no sienten molestias o a veces muy pocas y mejoran rápido. Estos casos son más frecuentes en niños, por esa razón, indica, era importante el cierre de los centros educativos en el país.
Cuando se detecta un caso sospechoso de covid-19 es necesario actuar rápido, el protocolo manda a hacer un estudio de contactos y rastrear a todos los individuos que estuvieron relación con esta persona y que pudieron infectarse, hay que detectar a los asintomáticos que están transmitiendo el virus sin saberlo. Hay que hacerles pruebas y aislarlos.
Pero ¿por qué hay personas que no muestran señales de estar contagiadas del nuevo coronavirus? El profesor de la Universidad de Colorado refiere que no se tiene claridad al respecto, pero “es posible que su sistema de defensa logre tolerar y controlar el virus mejor. Por eso los niños y jóvenes mueren menos, comparados al sistema ya envejecido de los mayores de edad”.
Las personas que no presentan síntomas no tendrán necesidad de tratamiento, explicó Asturias.
El ejemplo de China
Se estima que ocho de cada 10 casos en China eran asintomáticos o presentaban síntomas muy leves que se confundían con una gripe común, lo que en parte contribuyó al aumento de casos en corto tiempo.
En un registro de nueve días, que comenzó el pasado 1 de abril, en el país asiático se contaron 657 nuevos casos asintomáticos. Por lo que, temiendo una nueva ola de infecciones, las autoridades decidieron mantener la vigilancia epidemiológica.
Un estudio publicado por la revista New England Journal of Medicine esta semana reveló que el 15% de las mujeres embarazadas que llegaron a la sala de partos en hospitales de Nueva York fueron diagnosticadas con covid-19, pero no tenían síntomas de la enfermedad.
No se ha podido determinar el nivel de transmisión por parte de un paciente asintomático, según Espinal. Sin embargo, se sabe que en promedio una persona infectada puede contagiar a dos o cuatro individuos más, lo que provoca el crecimiento exponencial de casos.
El uso generalizado de mascarilla es una manera de evitar la propagación, pues esta trabaja como una barrera para que el virus no se esparza fácilmente. Aunque sola no es efectiva, debe atenderse otras medidas como el distanciamiento social, explicó el experto de la OPS.
Las mascarillas más adecuadas son las quirúrgicas, pero pueden utilizarse las de tela, elaboradas en algodón 100%.
Urgen más pruebas
Para identificar los casos asintomáticos es necesario hacer pruebas de laboratorio.
El médico Juan Manuel Luna, neumólogo del Hospital Roosevelt, refiere que las pruebas masivas son necesarias para identificar a las personas infectadas con el virus. Deben hacerse a los casos sospechosos, a los que estuvieron en contacto con ellos y a todo el que tiene riesgo epidemiológico.
Luna estima que deberían practicarse unas 100 mil pruebas en el país, sin embargo, hasta ahora solo se han realizado poco más de 2 mil desde que se dio el primer caso de contagio en Guatemala, el pasado 13 de marzo.
Por su parte, Espinal señala que será cuando se masifique las pruebas que se podrá tener mayor evidencia acerca de nivel de transmisión de los pacientes asintomáticos y conocer más sobre cómo se contagia el virus. Aún hay muchas cosas que se desconocen del covid-19.
Lo peor está por venir
“Hay una urgente necesidad que los países aceleren y amplíen sus pruebas para lograr una compresión más precisa de la pandemia en las américas”, dice la médica Carissa F. Etienne, directora de la OPS/OMS.
Agrega que el covid-19 todavía no ha llegado con fuerza a América Latina y será en las próximas semanas que la propagación del virus se intensifique, y se eleve el número de pacientes en los hospitales y también el número de muertos.
“En algunos países resalta el hecho de que la situación se mueve a gran velocidad y debemos actuar con urgencia antes de que la tormenta afecte a la mayoría de los países, para protegernos”, indica Etienne.
El oscuro panorama del que habla Etienne no es lejano a lo que prevé Asturias en Guatemala: “En dos o cuatro semanas estaremos viendo los hospitales llenos”.
Para el médico guatemalteco esta es la historia natural de este virus y de la epidemia, pues mientras haya infectados y gente susceptible al contagio los casos se multiplicarán, ya que “estamos en la fase de aceleración que pasa a las 4 o 6 semanas del reporte de los primeros casos”.
Luna menciona que en los próximos días se espera un aumento de casos, y un posible repunte a mediados o finales de mayo.
Guardar la distancia
Es el distanciamiento social la mejor opción que tenemos para reducir la transmisión y evitar la propagación del virus, asegura la directora de la OPS/OMS.
Ralentizar los contagios permitirá que los hospitales no se sobrecarguen con pacientes infectados por el covid-19, a lavez que permitirá ganar tiempo para buscar nuevos tratamientos, medicamentos y vacunas contra el virus.
“El seguir estas medidas no es fácil, será difícil para nuestra economía y nuestra forma de vida, pero la pandemia nos ha enseñado que estas medidas funcionan”, recalca Etienne.
Agrega que interrumpir el distanciamiento social demasiado pronto puede tener un efecto opuesto y llevar a una segunda ola de casos que extenderían el sufrimiento y la incertidumbre socioeconómica en los países.
“No se equivoquen, la actividad económica volverá solamente cuando la gente se sienta segura, cuando se sientan que pueden confiar en que sus gobiernos están haciendo todo lo necesario para protegerlos a ellos y sus seres queridos”, señala.