De acuerdo con el estudio, solo el 61 por ciento de los entrevistados afirmó que se cuida “mucho” para evitar contagiarse, contra 31% que lo hace “algo” y un 8% que respondió que tiene poco o ningún cuidado con la enfermedad.
El porcentaje de las personas que respondieron afirmativamente que se cuidan mucho descendió cuatro puntos respecto a la medición de septiembre, que a su vez había disminuido seis comparada con la de agosto, mes en el que más se cuidaron los entrevistados, 71%.
Probablemente en esta especie de relajamiento que muestran los entrevistados haya tenido que ver la baja del número de contagios mensuales.
En ese sentido, al final de la medición de agosto hubo un aumento de casi 30 mil casos en relación con los de julio. Mientras que de este mes para la fecha en que se terminaron las entrevistas de septiembre el incremento fue de casi 23 mil. Ya para octubre el número de casos subió en cerca de 16 mil 300.
El alza de muertes también fue mayor al final del estudio de agosto que al término de los que se efectuaron en los meses siguientes.
Además, es de tomar en cuenta que al principio de octubre finalizó el estado de Calamidad que el Gobierno había implementado desde marzo pasado con lo cual se suprimieron todas las restricciones a la movilidad, incluso el toque de queda.
Estas disposiciones gubernamentales puede que hayan sido tomadas como un indicador de que la emergencia comenzó a desaparecer, afirmación que es considerada errónea por parte de epidemiólogos y del propio Gobierno que ha hecho reiterados llamados a mantener las medidas sanitarias de seguridad.
Diferencias
Al hacer el análisis por grupos demográficos, destaca el hecho de que las mujeres son quienes afirman cuidarse más que los hombres, y tal como ha ocurrido en las mediciones anteriores, son los adultos mayores de 45 años lo que tienen más precauciones, puesto que ocho de cada 10 respondió que se cuida “mucho” de la enfermedad.
El número contrasta con el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 24 años que fueron entrevistados, puesto que apenas el 48% —uno de dos— toma bastantes precauciones para evitar el contagio.
Mascarillas
Otro de los aspectos en los que se puede ver de cierta manera que los guatemaltecos comienzan a bajar la guardia frente al coronavirus es en cuanto al uso de la mascarilla, ya que, aunque este continúa alto entre la población —88%—, bajó tres puntos porcentuales respecto a la medición de septiembre.
El porcentaje es el más bajo desde abril pasado cuando apenas el 51% usaba mascarilla. En los meses siguientes al número subió entre el 91% e incluso hasta el 100%.
Para el epidemiólogo Arturo Sánchez López, el efecto que vemos hoy en día en Guatemala es el mismo que en Europa en donde al abrirse la economía toda la población se desbordó a centros comerciales y lugares de entretenimiento lo cual incidió en un rebrote de la enfermedad con altos índices de mortalidad.
Expuso que la presencia y transmisión del virus no se ha minimizado y que tal como ocurre en el Viejo Continente en Guatemala en el corto plazo se podría ver un alza alarmante de contagios.
Sánchez indicó que en el país el hecho de que un alto porcentaje de personas que aún utilizan la mascarilla haya contribuido a que no se registrara un “aparatoso” índice de contagios, sin embargo, no deja de preocupar el que las personas, pareciera, ya no les preocupa mantener el distanciamiento social.
“Vea la Sexta Avenida o las playas los fines de semana, ahí nadie se preocupa por el distanciamiento mientras el virus sigue siendo totalmente infeccioso”, señaló el epidemiólogo.