Con esas palabras, escritas por Alejandro Giammattei, se abre el informe de presentación de la Gran Cruzada Nacional por la Nutrición (GCNN), la estrategia que este gobierno adoptó para contrarrestar el peor de los azotes para la niñez en el país, donde uno de cada dos menores de cinco años presenta deficiencias nutricionales que afectan su desarrollo físico y cognitivo, como lo reporta la última Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (Ensmi 2014-2015).
El impacto final del plan insignia de la actual administración no se conoce, pero lo que se puede adelantar es que en una década la cifra de desnutrición crónica se redujo 2.7% en los municipios donde se priorizó su implementación.
No faltaron recursos
El combate a la desnutrición se dejó ver por esta administración como una “prioridad”, razón por la que en cuatro años se le inyectó Q31 mil millones, distribuidos en el presupuesto de instituciones vinculadas al Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Poasán). Aunque la ejecución presupuestaria en cada período no superó el 96%.
Por aparte, en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el 2023 se asignaron Q600 millones para realizar distintos proyectos para apoyar la GCNN, fondos que serían ejecutados por los Consejos Departamentales de Desarrollo.
Mientras que el Ministerio de Desarrollo implementó el año pasado el Bono Nutricional, una transferencia monetaria de Q500 mensuales para las familias de niños identificados con desnutrición aguda severa, que para agosto 2023 llegaría a unos 800 hogares.
Implementación
Son cinco ejes los que se priorizaron en la GCNN: prevenir la desnutrición crónica y anemia, reducir la morbilidad y mortalidad materna e infantil, promover la seguridad alimentaria y nutricional de la población, fortalecer los servicios básicos de salud y prevenir las enfermedades infecciosas y crónicas.
Acciones que se enfocaron en 114 municipios que registran la mayor prevalencia de retardo de crecimiento en niños menores de cinco años. Estos se concentran en Alta Verapaz, Chiquimula, Huehuetenango, Quiché, Sololá, Totonicapán, Chimaltenango, San Marcos, Jalapa y Quetzaltenango.
Pese a la millonaria asignación de recursos estatales, no se logró reducir el 7% en desnutrición crónica como propuso Giammattei cuando tomó posesión cuatro años atrás.
Del 2012 al 2022 la merma de este flagelo fue 2.7%. En esa década se pusieron en marcha las políticas Pacto Hambre Cero —Otto Pérez Molina—, Estrategia para la Prevención de la Desnutrición Crónica —Jimmy Morales— y ahora la GCNN, de Giammattei. No hay certeza de cuál es el impacto de cada estrategia en dicha disminución, pues en el caso de la segunda no se hizo un estudio basal final para conocer el desenlace, mientras que los resultados de la política del gobierno saliente no han sido entregados.
Durante el 2012, según el informe final de la estrategia de Pérez Molina, la desnutrición crónica en niños menores de cinco años era del 59.9% en los municipios priorizados, mientras que el informe de la Línea de Base de la GCNN -publicada el año pasado- llega al 57.2%.
Hasta no tener la evaluación final de los alcances de la estrategia impulsadas por el gobierno de Giammattei resulta difícil medir su impacto en el combate al flagelo. Lo que se puede decir es que en los últimos cuatro años se registran más de 95 mil casos de niños menores de cinco años con desnutrición aguda, mientras que las muertes por esta causa llegan a 256 -reporte hasta el 16 de diciembre 2023-. Mientras que en el gobierno anterior se registraron 53 mil 625 infantes afectados por esta condición, y hubo más muertes, al final se contaron 564 decesos.
Alta Verapaz ha sido uno de los departamentos en donde la desnutrición se ha ensañado con la niñez, en la actual administración han fallecido 57 menores en esa localidad. En febrero del año pasado en el municipio de Panzós se estableció una alerta anaranjada, pues para esa fecha ya se habían detectado 58 casos de desnutrición aguda, y entre ellos, varios casos con signos clínicos de Kwashiorkor, lo que alertó a las autoridades.
Respuesta oficial
Con relación a la lucha contra la desnutrición de esta administración, la Secretaría de Comunicación Social de la Presidencia respondió que se implementó la GCNN, una estrategia generada por técnicos de la cooperación internacional, sector privado y las agencias de Naciones Unidas. Esta contempla cinco pilares: salud y nutrición; disponibilidad y acceso a alimentación saludable; protección social; agua segura, saneamiento e higiene; comunicación para el cambio social y de comportamiento.
En cada una de esas líneas de acción hubo acciones e implementaciones relevantes. Esto permitió incrementar la vinculación presupuestaria al Plan Operativo Anual de Seguridad Alimentaria y Nutricional (POASAN) de alrededor de Q 5 mil millones a Q10 mil millones, lo que facilita el monitoreo y evaluación de las acciones enfocadas.
Específicamente en cuanto a la desnutrición crónica, dado que solamente es posible medirla en el largo plazo, habrá que esperar los resultados de una futura Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (Ensmi), para determinar el impacto de las acciones de la GCNN. Por ahora, el gobierno actual, impulsó la realización de una medición de línea de base de la GCNN y en el primer semestre del próximo año, el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP) entregará la medición de línea final.
Esto permitirá a las próximas autoridades contar con un punto de partida y conocer, por primera vez, el impacto de una estrategia gubernamental de prevención y tratamiento de la desnutrición crónica. Esto no será equiparable con la Ensmi, pero sí permitirá contar con un marco de referencia. El abordaje de este tema debe continuar siendo prioridad, trascender administraciones de gobierno.
Las acciones en el marco de la GCNN debieran continuar. Algunas acciones: el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social implementó brigadas integrales de salud y nutrición, yendo de casa en casa a identificar casos con desnutrición aguda para tratarlos de inmediato; el Ministerio de Educación relanzó las Centros Comunitarios de Desarrollo Infantil Integral (CECODII), donde se aborda la inseguridad alimentaria y nutricional desde la primera infancia, lo que ha sido elogiado por instancias como el Programa Mundial de Alimentos; además se han entregado más de 9 millones de bolsas de Alimento Complementario Fortificado, entre otras.