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Cómo usuarios de la Costa Sur encontraron formas sostenibles de aprovechar los ríos (aún sin una Ley de Aguas)

Ante ausencia de ley general, líderes, productores y comunitarios implementan acuerdos sobre controles para el uso sostenible del agua en la Costa Sur.

Mesas técnicas como la establecida en el río Madre Vieja, conllevan acciones de restauración de paisajes resilientes enfocadas en recuperar la capacidad de recarga hídrica de las cuencas, así como prevenir la contaminación del afluente. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Mesas técnicas como la establecida en el río Madre Vieja, conllevan acciones de restauración de paisajes resilientes enfocadas en recuperar la capacidad de recarga hídrica de las cuencas, así como prevenir la contaminación del afluente. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El Río Madre Vieja —costa suroccidental— tenía la particularidad de que corría caudaloso en invierno, cuando no es necesario regar siembras y los pozos artesanales están llenos. Sin embargo, hasta antes de 2016 se secaba cuando llegaba el verano.

Cuando diferentes actores de la comunidad detectaron esto, nació la iniciativa para integrar mesas técnicas sobre el cuidado de la cuenca. De manera voluntaria se levantó un inventario o registro de usos y usuarios del agua en las cuencas.

En estos espacios, el sector empresarial asumió el compromiso de mejorar sus sistemas de riego. También utiliza tecnología moderna para reducir la utilización del recurso hídrico.

Esto evita que el caudal del río se agote, conservando agua a lo largo de su cauce hasta la desembocadura en el Océano Pacífico.

Contar con información del agua ha sido una de las lecciones que ha dejado el caso. Hoy existe un sistema de monitoreo que permite conocer la disponibilidad del agua y verificar cuánto está llegando a la desembocadura, de manera que los usuarios puedan tomar decisiones.

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Un modelo a seguir

La creación del viceministerio del Agua y del Laboratorio de Calidad del Agua figura dentro de los hitos en la historia reciente. Paralelamente, el acuerdo gubernativo 19-2021 institucionaliza la organización de usuarios y la creación de mesas técnicas y ordena hacer diagnósticos y planes de manejo para las 38 cuencas del país. Se trata de un acuerdo para uso, protección y conservación de cuencas con varias organizaciones indígenas y de la sociedad civil, de Quetzaltenango, San Marcos, Retalhuleu y Chimaltenango.

En estos foros de carácter técnico participan comunitarios, autoridades y productores agrícolas que coordinan a los usuarios para utilizar de manera sostenible el agua, a los que se han integrado a los ingenios azucareros, por considerar estos que se trata de un mecanismo técnico que contribuye con la gobernabilidad.

“Todos los ingenios participan en mesas técnicas o comités de cuenca de los ríos de la Costa Sur. Además, forman parte de la Alianza por el Agua, una plataforma de trabajo que reúne a más de 17 organizaciones que buscan contribuir con la seguridad hídrica, para promover la participación conjunta de diferentes actores y sectores del país”.
Luis Miguel Paiz, gerente de la Asociación de Azucareros de Guatemala (Asazgua).

Para Dany Revolorio, quien ha sido integrante de la mesa del río Madre Vieja y representante de la comunidad de Nueva Concepción, Escuintla, “el mayor logro —de las mesas— es que el agua llega a su desembocadura. Con eso se evita que el río se seque totalmente y que haya agua en los pozos de los comunitarios”.

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“Estas mesas buscan soluciones técnicas que están evitando el conflicto y permiten que cada quien tenga acceso al agua de manera ordenada”, complementa Elisa Colom, experta en Derecho Internacional de Aguas.

Las mesas técnicas están enfocadas específicamente en temas hídricos, para lo cual se requiere de un plan rector y la participación activa de las entidades de gobierno.

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Para Andrea Nájera, del Observatorio Económico Sostenible (OES) de la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) —coordinadora de un estudio sobre los Lineamientos para la Gobernanza del Agua—, las mesas son instancias que bien pueden replicarse en otras regiones del país. “Nos dimos cuenta de que estamos más de acuerdo que en desacuerdo, aún tomando en cuenta los distintos sectores y múltiples intereses en torno al agua”, subraya.

“Ante la falta de una ley de aguas, estas instancias son una herramienta importante que nos va a permitir regular el uso de agua. Se tienen que promover los proyectos de recarga hídrica donde sea necesario”, expone Nery Martín Méndez, viceministro del Agua.

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El rol de los bosques

Pero las mesas van más allá del diálogo. Para migrar hacia una visión de cuenca es primordial la restauración de los bosques de ribera de los ríos.
Los bosques son importantes en el ciclo del agua, por lo que hay que trabajar en la conservación de los que existen y la recuperación de la cobertura forestal. En la Mesa Técnica del río Madre Vieja, según documenta el Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático, uno de los acuerdos fue la reforestación de las riberas del río. Se estableció un plan de tres años e implementado de 2017 a 2019, con verificación de los integrantes de la mesa.

De acuerdo con Mario Rojas, ministro de Ambiente y Recursos Naturales, en la actual administración hasta 2021, se habían plantado mil 150 millones de árboles de distintas especies en los 22 departamentos.

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En el caso del sector azucarero —que ha sido parte de los procesos de mesas técnicas— se cuenta con un área equivalente a unos 17 mil campos de futbol con zonas forestales y ha contribuido con la siembra de 6.8 millones de árboles entre 2011 y 2021 en alianza con comunidades, municipalidades e instituciones en las cuencas del Pacífico.

Nota del editor: La serie especial “Una nueva historia para el agua” cuenta con el apoyo de la Asociación de Azucareros de Guatemala —Asazgua—, como parte de una alianza estratégica que respalda el trabajo periodístico.