Prensa Libre fue el primer medio en admirar ayer, 14 de septiembre, al vehículo, que funciona con la energía proporcionada por cuatro paneles solares fotovoltaicos de última generación, de 150 w cada uno, para un total de 600 w de potencia, y motor eléctrico de 1 200 w, y que puede movilizarse a 45 km por hora.
Se puede cargar en un tomacorriente convencional en casa y, durante el día, obtiene su energía del sol. Fue construido en un 85% por estudiantes del Instituto Técnico de Capacitación, en Chiquimula, y la investigación de campo se llevó a cabo en Camotán, en dicho departamento.
Sin producir emisiones contaminantes atmosféricas y acústicas, el vehículo, que fue modificado de un mototaxi de 10 años de uso, es un ejemplo de la tecnología que puede ser desarrollada por guatemaltecos en un 100 por ciento. A diferencia de mototaxis comunes, este vehículo ecológico tiene un techo rígido de fibra de vidrio y una estructura de metal para soportar el peso de los paneles y así brindarle mayor seguridad a los usuarios. Puede utilizarse bajo la lluvia sin ningún problema, como Prensa Libre pudo constatar.
Al transportarse en él, no se escucha ni siquiera el sonido del motor y no se siente la inestabilidad ni el movimiento de vaivén de un mototaxi común. Su movilidad es suave. Tiene un controlador que le brinda al piloto datos como carga de batería y kilometraje recorrido y frenos de disco.
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Desde el punto de vista estético, en su parte frontal destaca el número 22 y los años 1821-2021, sobre el fondo azul de la carrocería. La elaboración de la tapicería estuvo a cargo del chiquimulteco Jimmy Manchamé, de 82 años, quien recicló para tal fin sacos de maíz azul y blanco para representar los colores de la bandera, lo cual, además, alude a este grano, uno de ellos principales alimentos de los guatemaltecos desde tiempos ancestrales.
Como alfombras, utiliza petate, y algunos agarradores metálicos están recubiertos con alambre de plástico reciclado, para reforzar su simbolismo como un vehículo verde. Otros de sus detalles son luces led para ahorrar energía, luces en su interior que se encienden simultáneamente con las direccionales y sus frenos de disco.
Bandera
La bandera gigante, con una dimensión de 30 por 45 metros, está conformada por más de 12 mil blocs de cemento, pintados a mano por artesanos de barriletes gigantes de Santiago Sacatepéquez, Sacatepéquez, con pinturas ecoamigables a base de cal. El escudo fue elaborado con más de 2 mil plantas y flores, producidas por mujeres de San Juan Sacatepéquez, Guatemala, y San Miguel Dueñas, Sacatepéquez, para representar al “país de la eterna primavera”.
“La cal es, posiblemente, uno de los productos más usados en la historia de la humanidad y hoy, esta bandera simbólica pintada con brochas de madera y cal, es un homenaje para todos los guatemaltecos que han luchado incansablemente por construir nuestro país en estos 200 años de historia”, dijo Alfredo Maúl, director creativo de G-22. “Por sus propiedades únicas, la cal no solo se ha usado desde hace unos 3 mil años en Mesoamérica para la construcción, sino, además, para estabilizar caminos, nixtamalizar el maíz, restaurar suelos agrícolas o tratar las aguas servidas, entre otros usos”, añade.
Para el lanzamiento del vehículo a nivel nacional, se produjo un video en el que se puede observar el proceso de la creación de la bandera gigante y diversas facetas de desarrollo del tuk tuk solar-eléctrico. Así mismo tiempo, para celebrar este logro único tecnológico guatemalteco, se escucha en dicho video a la pequeña pianista Yahaira Tubac, prodigio del arte nacional, de 11 años, interpretar el Himno Nacional de Guatemala, y se observa parte del equipo que participó en el desarrollo y construcción del vehículo.
“Este proyecto fue realizado mediante un proceso participativo para que represente un vínculo con el futuro, con 200 años más trabajando en equipo”, agregó Maúl.
Beneficios
Con este vehículo se espera reducir la contaminación auditiva y emisiones de gases de efecto invernadero que actualmente producen miles de tuk tuk en el país. En departamentos como Escuintla, Retalhuleu o El Progreso —donde se registra mayor insolación—, este vehículo podría alcanzar una eficiencia superior al 50% de aprovechamiento del sol, asevera Maúl.
“La ventaja principal de este prototipo de vehículo híbrido solar-eléctrico es el ahorro del combustible, lubricantes y mantenimiento de los motores de combustión interna que, naturalmente, producen gran cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación acústica”, indica Maúl. Se calcula que las emisiones de los tuk tuk, que utilizan combustibles fósiles, producen cada año cuatro toneladas de CO2 —dióxido de carbono—.
La intención del proyecto es desarrollar un kit eléctrico-solar para adaptar a tuc tuc, cuyos motores de combustión interna han llegado a su ciclo final de vida, a los cuales se les pueda integrar ese sistema, de unos US$3 mil, incluyendo capacitaciones sobre seguridad vial y seguro.
Respecto de su financiamiento, expone Maúl, la aspiración es crear un “crédito verde”, mediante un sistema de cooperativas de ahorro y crédito con cobertura nacional, y financiar el kit eléctrico-solar en tres años, al vincularlo con un seguro de cobertura total del vehículo, equipamiento, conductor y pasajeros, además del compromiso del piloto de recibir un curso de educación vial de 80 horas académicas, 40 virtuales y 40 presenciales, con el apoyo de Biciudad Guatemala.
A partir de este mes hasta abril del 2022 se pondrán a prueba cinco unidades más en distintos lugares del país, para monitorear su desempeño y medir resultados.