Los centros ocupados son: Instituto Simón Bergaño y Villegas, Instituto Experimental Carlos Samayoa Chinchilla, Ineb Palín, Escuela Tipo Federación José Martín y Escuela Oficial Urbana Mixta J.M. Murray D. Lincoln.
El viceministro de Educación, Héctor Canto, señaló que la situación se escapa de sus manos, pues el tema es manejado por una mesa institucional. Sin embargo, aunque los estudiantes aún no han podido regresar a sus establecimientos educativos, el Ministerio se ha ocupado en que los menores continúen con sus estudios. “Garantizarles las clases a ellos ha sido nuestro compromiso”, agregó.
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Maestros de los centros de estudios afectados señalaron de forma extraoficial, que los estudiantes cuyos establecimientos educativos aún siguen ocupados por los damnificados, se les asignará trabajo extra para que puedan culminar el ciclo escolar.
En el olvido
Jesús López, damnificado de la comunidad La Trinidad, comentó que van más de tres meses de la tragedia y que siguen sin recibir noticias de qué pasará con quienes fueron evacuados de sus comunidades por estar en riesgo, según las autoridades.
“Perdimos los terrenos donde cultivábamos café, que quedaron tres metros abajo del material volcánico. Nos trajeron al albergue en la Escuela Tipo Federación José Martí y hasta hoy no nos han dicho si nos van a reubicar, lo único que escuchamos es que la ayuda de vivienda será solo para los sobrevivientes de Los Lotes”, comentó López.
Otra de las daminificadas es Ofelia Lorenzo Andrés, también de La Trinidad, indicó que siguen hacinados y hasta 18 familias permanecen albergadas en una aula de la Escuela Tipo Federación José Martí. “No tenemos privacidad, los niños se desesperan y se enferman porque todos estamos revueltos. Nos angustia, pues ninguna autoridad dice lo qué harán con quienes nos evacuaron de los sectores en riesgo”, resaltó.
A las personas que están en las escuelas, se suman otras 608 refugiadas en el Salón Municipal, en el salón comunal La Ferrocarrilera, en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos días y en el albergue Papa Francisco. Ellos están a la espera de ser llevados a los albergues transitorios unifamiliares (atus) que se ubican en la finca La Industria.
El tiempo se extendió
Protocolos internacionales establecen que el tiempo máximo que las personas pueden permanecer en albergues colectivos es de dos meses, según David de León de la Conred.
Aunque el tiempo ya excedió, los atus aún no están listos para reubicar a los demás damnificados, que se sumaría a las 568 que ya fueron llevados a esos espacios. Mientras que en Alotenango, Sacatepéquez, hay otros 597.
La tercera fase del traslado a los atus involucraría a 90 personas, indicó De León. “Eso aún está a la espera, falta colocar el servicio del agua -que se está trabajando con la municipalidad-, la iluminación pública y la batería de baños para que tengan lo indispensable”, agregó.
Otro de los inconvenientes para continuar con la construcción de los albergues de transición es que en un sector de la finca La Industria hay un área con siembra. “Lo que se quiere es que se finalice el proceso de la milpa para que se pueda construir en ese sector, que era parte de un acuerdo que se había llegado con las personas”, aclaró el vocero de la Conred.
Sor Marisol García, encargada del albergue Papa Francisco, dijo que las 93 familias damnificadas que allí había, ya fueron ubicada en los atus. Sin embargo, mostró su preocupación porque todas fueron evacuadas de zonas en riesgo y no se saberqué futuro tendrán después de los atus. “Estamos en pláticas con entidades del Gobierno para saber qué pasos hay que dar ahora que la tragedia pasó”, comentó.
La religiosa puntualizó que de las carpas gigantes que había en el lugar ya solo queda una, la cual será removida en los próximos días, y en su lugar se construirá una estructura que funcionará como un comedor.
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