La marcha salió a las 9 horas a inmediaciones de la municipalidad capitalina, y enfiló por la Sexta Avenida, zona 1, para culminar en la Plaza de la Constitución. Entre los participantes se encontraban grupos de las iglesias Católica y evangélicas, así como otras organizaciones de jóvenes que exigían el fin de la violencia.
“Pedimos respeto de la vida desde su concepción, no más crímenes y no más violencia. Aquí participan todas las iglesias, no solo una religión. Defendemos el matrimonio entre un hombre y una mujer”, expresó De Skinner-Klée.
“Guatemala necesita gobernantes respetuosos de la vida, afines a impulsar políticas públicas que apoyen y protejan a la familia”, agregó.
Jorge González, uno de los participantes en la marcha, indicó que no apoyaba el aborto porque se trata de un crimen. “Nadie en su sano juicio apoya un crimen. Yo no lo hago. Por eso digo no al aborto”, explicó.
Al preguntarle si sería tolerante en casos donde la madre sufre riesgo o en producto de violaciones, indicó que debía evaluarse caso por caso. “No se puede ser rígido al cien por cien; se debe ser tolerante, pero habría que ver caso por caso. A la primera, digo que no estaría de acuerdo”, agregó.
Mirna Castro, otra de las participantes y que llevaba a su hijo de 4 años, indicó que no son adecuadas las relaciones entre personas del mismo sexo, porque estaba claro “que por eso hay hombre y mujer, y cada cuerpo está diseñado para que funcione el uno con el otro. E hizo énfasis en que “marcar lo correcto no es ser intolerante”.
“No somos anti nada y anti nadie; somos pro vida, pro familia, y buscamos fortalecer la sociedad”, indicó la organizadora de la marcha.
En la actividad también participaron empresarios y organizaciones indígenas.
La marcha contó con apoyo de seguridad privada. Algunos guardias vigilaban en moto el trayecto.
Al finalizar, hubo discursos y concierto.
