El sábado pasado, un adolescente abandonó el proceso, no fue encontrado.
El lunes lo hicieron otros dos, que fueron devueltos.
El martes pasado, luego de recibir información del Consejo Nacional de Adopciones sobre que un menor había agredido a tres y amenazado a monitores, la PDH solicitó una exhibición personal, y también lo hizo el miércoles, a favor de los internos y monitores.
Esta vez descubrieron que los internos estaban bajo el efecto de algún fármaco, había música con alto volumen, sillas tiradas y un vidrio roto. Incluso en un video que mostró la Procuraduría se ve a un joven con un frasco de tíner.
Los vecinos de la colonia, molestos por los constantes escándalos en la vivienda que sirve de protección a los menores, han descrito a los medios detalles de qué ocurre en la colonia.
“Vi saltar a cuatro muchachos la pared que comunica con la casa de la vecindad del hogar. Llevaban lazos. Las autoridades dicen que son menores. Yo vi sus rasgos físicos y no son de adolescentes”, explicó una vecina.
Otro residente del sector relató que constantemente escuchar gritos de auxilio. “El otro día, una mujer gritaba que la querían violar. Pedimos a las autoridades verificar si es prudente tener ese tipo de hogares en un área residencial”, manifestó.