Gramajo asegura que en el Gobierno hay plena conciencia de que posiblemente sea la última oportunidad para alcanzar un crecimiento económico pleno y el bienestar para la población, no obstante, reconoce que hay muchos retos que superar.
¿Qué abordaje hace el Gobierno del tema del bono demográfico?
En el Plan Nacional de Desarrollo K’atun, se analiza este fenómeno y propone las bases para garantizar el empleo a la población en edad de trabajar, y así generar la suficiente riqueza para la protección social universal.
El bono demográfico conlleva condiciones que no deben pasarse por alto, por ejemplo, un indicador de importancia poblacional es la tasa nacional de fecundidad que, para el caso de Guatemala, es de tres hijos por mujer, en las mujeres rurales e indígenas tienen un promedio de fecundidad mayor que el promedio nacional. Esto es una señal —para poner— atención, cuando sabemos que el promedio de hijos aumenta mientras el nivel de escolaridad de las mujeres es más bajo.
De ahí es que las prioridades nacionales de desarrollo incluyan el acceso a los servicios de salud, la seguridad alimentaria y nutricional, la educación universal y el empleo e inversión.
¿Cuál cree que es el reto más grande para alcanzar el desarrollo pleno del bono demográfico?
La desnutrición crónica es uno de los problemas más críticos que enfrentamos para el aprovechamiento del bono demográfico. Si uno de cada dos niños en el país padece de desnutrición, eso quiere decir que la mitad de la población está en riesgo de no alcanzar el desarrollo total de su potencial físico y cognitivo.
¿Cómo afectará esto al desarrollo de los niños y jóvenes que pertenecen al bono demográfico?
La situación nutricional en el marco del desarrollo social es relevante. En tal sentido, el análisis de la problemática nutricional indica que ésta se refleja mayoritariamente en las mujeres en edad reproductiva, así como en la prevalencia de desnutrición crónica en niñas y niños menores de cinco años; problemática que concentra en la población rural e indígena.
Estas condiciones generan un profundo impacto en el neurodesarrollo y estado de salud general de la población infantil que a corto plazo incrementa el riesgo de mortalidad y a largo plazo influye en las capacidades productivas de la población.
¿Cuáles son las metas que el Gobierno se ha trazado para el final de su administración?
Para el año 2023 se habrá incrementado el porcentaje de niñas y niños con esquema de vacunación completo en 9.6 por ciento. La línea basal actual es de seis de cada 10 niños con un esquema de vacunación completo. Además, se plantea una reducción de la tasa desnutrición crónica en siete puntos porcentuales.
La educación, sobre todo en preprimaria y secundaria es limitada ¿Qué dice el plan acerca de eso?
Sabemos que no ingresar al sistema educativo es una primera expresión de desigualdad social y exclusión. La calidad educativa enfrenta desafíos en el marco de una sociedad cambiante en cuanto al acceso a la información, el conocimiento y la tecnología.
Y esto nos conduce a que la calidad educativa repercute en la formación del capital humano para mejorar la productividad y competitividad del país. Por ello, para el año 2023 se habrá incrementado la tasa neta de cobertura en el nivel preprimario, primario, básico y secundario.
También se prevén una reducción del analfabetismo en 5.09%. Se incrementará la cobertura del seguro médico a tres millones de niños. Se incrementará la inversión en servicios de alimentación escolar en Q830 millones y la cantidad de becas para estudiantes del nivel básico y diversificado en 19 mil 579.
¿Hay conciencia de que el bono demográfico posiblemente sea la última oportunidad para alcanzar el desarrollo y bienestar del país?
Si, sin ninguna duda. Es un tema del cual se está consciente y se plantea en las políticas y planes de desarrollo. Esto debe abordarse de forma integral en el país, el estado y sus instituciones, así como otros actores importantes tal es el caso de las empresas privadas.
La visión bajo la cual fue construida la política general de gobierno es la de aprovechar y potencializar la ubicación geo-estratégica del país, así como sus recursos naturales, población joven y cultura ancestral. Creemos que la base del sistema de protección social deberá estar acompañado de medidas que permitan desarrollar las capacidades productivas en los jóvenes
Probablemente el mayor desafío para lograr ese aprovechamiento se basa en focalizar la inversión nacional para garantizar mejores oportunidades de infraestructura básica en salud, educación y empleo para la población más joven. El bono demográfico es una esperanza para el país, pero hay que generarles condiciones a este sector.
¿Cómo creen que se encuentra el país en este tema o cómo ha sido abordado por el Estado en el pasado?
En la última década, la cobertura educativa ha mejorado, principalmente en el ciclo básico. Debemos redoblar los esfuerzos porque los logros en la reducción del analfabetismo y en el aumento de los años de escolaridad de la población podrían detenerse. En cuanto a la calidad educativa, los avances a lo largo de los años han sido bastante modestos, lo cual se refleja en el bajo logro de los alumnos en las pruebas estandarizadas de matemática y lenguaje.
En materia de salud, la población se ve afectada no solo por enfermedades infecciosas, nutricionales y maternas e infantiles, sino que a ellas van sumándose otros problemas de mayor complejidad y costo como el VIH/sida, las enfermedades cardiovasculares, obesidad, cáncer o diabetes.
¿Están los planes de gobierno orientados al fortalecimiento y apoyo al bono demográfico?
Definitivamente, como lo mencioné previamente, en la política general de gobierno 2020-2024 se promueve una visión renovada para la atención de esta problemática.
Los pilares de la política tienen componentes que potencializan el aprovechamiento del bono demográfico. Estos son cuatro: en economía, crear oportunidades de empleo y emprendimiento. desarrollo social, seguridad alimentaria y nutricional, educación y salud. En las relaciones con el mundo, la atención a la migración, y finalmente gobernabilidad y seguridad, que es crear un entorno más seguro para el desarrollo productivo.
Tenemos que fortalecer las capacidades para atender a estos niños para que en edad productiva sean una oportunidad y no un desafío.
Vea, lo baby boomers que nacieron al final de la Segunda Guerra Mundial fueron los que en los años 60 permitieron el desarrollo económico de los países que ahora son potencias. Y eso esperaríamos para Guatemala las altas tasas de natalidad.
Para todo lo que nos dice se necesitan recursos ¿Es urgente que se concrete una reforma fiscal que incluya aumento de los tributos?
La idea es que los todo esto tenga una vinculación con el presupuesto, por ello el llamado para que el Congreso apruebe el presupuesto del próximo año porque van todas estas acciones programadas. En las prioridades del país y en los objetivos de largo plazo se habla de una reforma fiscal integral, pero esto no tiene que ser solo aumento de impuestos. Es necesario abordar el tema y abrir un diálogo sobre el financiamiento para el desarrollo del país, más que una reforma fiscal. También es necesario mejorar el gasto público, la transparencia en el uso de recursos y hagan más eficiente el uso de esos recursos que ya tenemos.
¿Esta reforma fiscal podría impulsarse en este gobierno o se quedará para los próximos?
La agenda de desarrollo a largo plazo está para el 2030, podrí iniciarse ahora o en las siguientes administraciones, pero de que es necesario abrir el diálogo, es necesario, pero es importante enfatizar en que, más que una reforma fiscal que hace demasiado ruido, se trata de financiar el desarrollo del país, que no tiene que ser solo tributos, hay otras fuentes que se pueden usar para generar esas condiciones, como de la cooperación internacional.