En los primeros días de abril, varias colisiones han dejado fallecidos. Prisa e irrespeto al semáforo han costado caro. Aunque no siempre los conductores imprudentes son los únicos afectados.
“Me pasó la llanta encima. Gracias a Dios no me pegó directamente, si no me hubiera muerto, pero sí quedé traumada, y cuando salgo a la calle siento que algún carro se va a salir de la carretera y me van a atropellar”, cuenta María Ester Aldana, de 60 años, quien perdió la pierna derecha en un accidente.
Su vida cambió el 4 de julio del 2015, cuando un vehículo colisionó contra la parte trasera del microbús en que viajaba. Una de las llantas le destrozó la pierna.
A pesar de haber conservado su trabajo en una zapatería y haber recibido una prótesis, teme quedar desempleada porque no soporta permanecer de pie más de dos horas.
En enero del 2015 le ocurrió un accidente similar al bombero voluntario Henry Hernández Martínez, a quien le fue amputada una pierna al ser arrollado, junto a otro socorrista, cuando auxiliaban a una persona en la ruta Interamericana, en San Lucas. El supuesto responsable fue Diego Canel, quien conducía ebrio.
Aumentan daños
En los últimos años, las secuelas por accidentes de tránsito han aumentado en un 10 por ciento, sostiene el médico Marvin Marroquín, del Hospital de Rehabilitación del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, en la zona 13, y agregó que han proliferado los pacientes con lesiones medulares, a raíz de accidentes en automóviles y motocicletas.
Marroquín resaltó que estos lesionados son los que carecen de movimiento en diferentes extremidades y depende de la gravedad de la lesión. También están quienes pierden la movilidad en todo el cuerpo, debido a golpes en el cerebro que pueden causar hasta la pérdida del habla.
Médicos y terapistas del mencionado hospital afirman que muchos problemas de movilidad y lenguaje son irreversibles.
muertos
En los primeros tres meses del 2017 se han registrado mil 377 accidentes de tránsito, que han dejado 365 muertos y mil 607 heridos, según el Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito (Onset), mientras que la Dirección General de Transporte reporta 25 accidentes de buses extraurbanos.
En el 2016 fallecieron mil 800 personas y ocho mil resultaron heridas a causa de seis mil 740 accidentes, a escala nacional. De esa cantidad, mil 427 fueron de buses urbanos y extraurbanos.
Según autoridades del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil, el 50 por ciento de accidentes en carretera se deben a exceso de velocidad y el resto, al irrespeto a las señales de tránsito, al uso del celular mientras se conduce y a manejar en estado de ebriedad.
Las infracciones más cometidas por los conductores consisten en no contar con licencia de conducir, conducir vehículos con llantas lisas, usar articulares al conducir o hablar por teléfono.
Según la Onset, Escuintla, Guatemala, Sacatepéquez y El Progreso son los departamentos con más incidencia en multas a automovilistas.
La entidad, a cargo del Departamento de Tránsito, también revela que de 18 a 23 horas se registran más accidentes de tránsito, debido a la ingesta de alcohol o porque no se respetan las vías o semáforos.
En la provincia, las carreteras en las que más ocurren accidentes son la Interamericana, en Chimaltenango, y las rutas al Pacífico y al Atlántico.
Entre enero y febrero de este año fueron detenidas mil personas en todo el país, por accidentes de tránsito, según el Onset, que también indica que Guatemala, Escuintla y Petén son los departamentos con mayor número de muertos por percances viales.
Los más accidentados
La motocicleta es el vehículo que encabeza los accidentes de tránsito, seguido de los vehículos livianos y picops, camiones, automotores tipo camioneta, buses y microbuses.
La mayoría de víctimas de accidentes están comprendidas entre los 18 a 25 años, seguidas de las de 26 a 30.
Los Bomberos Municipales y los Voluntarios coinciden en que no siempre el conductor es el único responsable de un accidente, y una de las causas puede ser el mal estado de las carreteras.
Según datos del Onset, en los últimos siete años y medio han muerto unas 12 mil personas debido a percances de tránsito, en todo el país.
Estrés al conducir
En la capital, de acuerdo con la Policía Municipal Tránsito (PMT), un conductor puede permanecer de dos a tres horas en el tránsito al día, debido a la alta afluencia de vehículos, lo que, según psicólogos, puede causar desórdenes en la personalidad y llevarlo a un estado de agresividad y desconcierto.
Datos de la PMT de la capital revelan que anualmente ocurren unos 11 mil accidentes de tránsito, de los cuales el 15 por ciento corresponden a pilotos que conducen bajo efectos de licor, o sea mil 650 casos en la capital.
Las zonas capitalinas donde se registran más accidentes por ebriedad son las 1, 9, 10, 11, 12, 13, 14, y las áreas donde ocurre la mayor cantidad de accidentes en general son la ruta a El Salvador y la Interamericana, así como las calzadas Roosevelt y Raúl Aguilar Batres, los bulevares Liberación y Los Próceres y el Anillo Periférico, entre la calle Martí y la calzada Aguilar Batres.
Ley que aún no funciona
El 27 de septiembre del 2016, el Congreso de la República aprobó la Ley de Implementación de Mecanismos de Regularización de Velocidad de los Vehículos de Transporte Colectivo y/o de Carga, en la que se ordena a transportistas colocar dispositivos en la bomba de inyección de combustible de los vehículos paraimpedirlees ir a más de 80 kilómetros por hora. La norma sigue sin cumplirse, debido a que se le hacen modificaciones y no tiene reglamento.
Cuidado con el alcohol
En la temporada vacacional aumenta la ingesta de alcohol y cuando se trata de conductores implica un riesgo multiplicado debido a sus efectos.
- El alcohol crea un efecto de euforia, que disminuye la percepción real de riesgo y retrasa el tiempo de reacción.
- Las capacidades visuales y auditivas sufren una disminución notable.
- Cambian la frecuencia cardiaca y la presión arterial. Se relajan los músculos.
- Se da una falsa percepción de las distancias.
- Disminuye el temor y la ansiedad. Perturbación del comportamiento.
- Si usted es quien conduce, tome en cuenta que las vidas de sus acompañantes están en sus manos y debe abstenerse de beber alcohol en un viaje.
- Se debe tener un conductor designado para sustituir a alguien que haya bebido en exceso.
- Durante la conducción es una imprudencia comer o beber, pues también dificulta la reacción ante los imprevistos.