Líderes comunitarios de las aldeas confirmaron a Prensa Libre que, desde el pasado domingo, que ocurrió la violenta erupción que devastó varias comunidades, no han tenido contacto con autoridades y prácticamente los han dejado “abandonados”.
En el trayecto se deben cruzar dos ríos, Taniluya y El Gobernador, que cuando se crecen hacen imposible el paso de las personas. Es común que esas comunidades queden aisladas cuando llueve u ocurren deslizamientos en el Volcán de Fuego.
Los vecinos indicaron que desde el pasado domingo las autoridades no han trasladado información y en este momento no tienen claro qué es lo que deberían hacer en caso exista una emergencia.
Rutas de riesgo
En la aldea Los Yucales, la más retirada de todas las comunidades del sector, existe una ruta de evacuación que puede utilizarse en caso de extrema necesidad para evacuar a las comunidades; sin embargo, el camino consiste en aproximadamente tres kilómetros de camino de piedras, con amplias inclinaciones y ríos que lo atraviesan.
Al final se llega a un puente colgante llamado Los Tarros, que fue construido en 1974 y que por su vejez solo puede ser utilizado por un máximo de 25 personas a la vez que tardan alrededor de 10 minutos en atravesarlo.
Roberto Enrique Cuellar, quien es maestro de la comunidad Los Yucales desde hace 45 años, comentó que la única vez que se realizó un simulacro de evacuación fue cuando Álvaro Colom fue presidente.
Explicó que el puente fue autorizado por la Conred para ser una ruta de evacuación de las comunidades pero que es evidente que no se da abasto.
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Señaló que el problema más grande es que hace varios meses un grupo de personas llegó al lugar y instaló dos pedestales en cada entrada del puente con el argumento de que no puedan pasar motocicletas.
Sin embargo, esto dificulta también el paso de las personas puesto que estrecha la entrada y no permite que las personas carguen con algunas pertenencias.
El educador señaló que durante una emergencia será muy difícil ordenar a las personas para que transiten por el camino que es muy malo y que respeten el límite recomendado de personas que pueden atravesar el puente.
No se irán
Mercedes Zúñiga es una mujer de 89 años que perdió la vista y el oído desde hace más de un lustro, vive en una pequeña galera improvisada que tiene piso de tierra y que ha vivido toda su vida en la aldea Morelia.
Sus familiares creen que la vista la perdió debido a la ceniza del volcán, por su avanzada edad no puede desplazarse mucho y le es muy difícil escuchar lo que las demás personas quieren decirle.
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María Ramos nuera de la octogenaria, contó que Zuñiga enviudó hace más de una década y desde entonces ha vivido con su familia.
“Ayer junto a mi familia quisimos irnos cuando estaban evacuando la aldea pero decidimos que la familia se quedaría porque no podemos abandonar a nuestra abuela”, comentó.
“Claro que tengo miedo y vamos a estar aquí hasta que Dios quiera”, indicó Zuñiga sentada en su cama.
Sin coordinación
Ayer, luego de que se registrara el descenso de un flujo piroclástico, hubo una alerta en la comunidad y un grupo de voluntarios trató de realizar una evacuación de las comunidades.
Sin embargo, rápidamente la histeria se apoderó de los comunitarios, particularmente de la aldea Morelia, y solo un grupo de 300 personas fueron llevadas a Santa Lucía Cotzumalguapa. El resto decidió quedarse en el punto.
Juan Hernández, primer alcalde auxiliar de la aldea Morelia, explicó que el domingo, cuando ocurrió la violenta erupción, se intentó evacuar a las personas, pero a las 17 horas los ríos habían crecido y era imposible evacuarlas.
Luego de la erupción, el principal problema es que los cultivos de maíz y otros alimentos se perdieron y, según comentaron los habitantes, no ha existido presencia de las autoridades para ofrecer apoyo.
Otra de las situaciones que afecta a las comunidades es que, por el momento, no hay agua entubada, lo que podría provocar el aumento de enfermedades gastrointestinales.
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Las clases están suspendidas desde el pasado lunes, según explicó Cambry Cuellar, maestra de párvulos de la aldea Morelia, quien contó que aún no saben cuándo reiniciar las labores. Así como los demás, ella confirmó que ninguna autoridad se ha acercado a las comunidades.
La maestra consideró necesario que las autoridades de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) desplieguen un equipo y brinden información a la población para saber qué hacer.
Por el momento las autoridades de los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) tratan de organizar a las personas y mantenerlas alerta ante una nueva emergencia.
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