Las personas refugiadas son aquellas que huyen de su país de origen por conflictos o persecuciones que amenazan su vida y necesitan asilo en otros estados. En los países del norte de Centroamérica, a menudo las personas escapan de pandillas o se ven obligadas a desplazarse por dificultades para satisfacer sus necesidades básicas.
En los últimos meses, algunos indicadores sociales en Guatemala, relacionados con violencia, educación y desnutrición ,se han agravado. Pese a ello, Acnur en coordinación con el gobierno le apuestan a fortalecer las capacidades de asilo en el territorio nacional.
El alto comisionado de Acnur reconoce que las capacidades del Estado son limitadas, aunque considera que hay voluntad política por brindar protección internacional a quienes huyen de la violencia.
“Yo creo que hay voluntad de otorgar seguridad a las personas, pero si la pregunta es: ¿hay capacidad? La capacidad es limitada. Por la cooperación internacional es muy necesaria. El impacto socioeconómico de la pandemia va a durar más”, dijo Grandi.
En su visita a Guatemala, el alto comisionado de Acnur estuvo en Petén, donde se reunió con refugiados y organizaciones que han contribuido a en programas de inserción laboral, como TurIntegra o Empleos Verdes.
Grandi insiste en que es importante que la comunidad internacional canalice sus recursos estratégicamente en países que son de tránsito y que últimamente se han convertido también en el destino de refugiados, como Guatemala.
“Voy a viajar a Washington y esto va a ser el mensaje principal porque EE. UU. es de los más interesados en estabilizar el flujo de personas que se dirige a su territorio. No hay que invertir solamente en área de seguridad, que es importante porque las pandillas necesitan respuestas de seguridad (por ejemplo), pero también hay que invertir en desarrollo, espacios seguros para la niñez, deporte, educación y creación de empleo”, dijo el funcionario de Acnur.