Los analistas coinciden en que la falta de revisiones periódicas propician que se vean hechos cotidianos de buses que se accidentan tras desprenderse los trenes delanteros o traseros de las unidades, por ejemplo.
El último caso ocurrió el 5 de julio en el bulevar Los Próceres y 18 avenida, zona 10 de la capital donde un bus extraurbano con ruta a Santa Rosa viajaba a excesiva velocidad, se le desprendió el tren delantero e impactó en una baranda de un paso a desnivel.
Hubo una decena de heridos, el piloto huyó y en una inspección rápida de las autoridades, determinaron que el bus era un modelo de la década de 1990, tenía llantas lisas y la estructura no estaba en buen estado.
Edgar Guerra, titular de la Defensoría del Usuario del Transporte Urbano y Extraurbano de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), comentó que el mal estado de muchas unidades del servicio colectivo extraurbano hacen que ocurran accidentes en distintos puntos del país.
Guerra opina que “se le desprende el tren delantero o trasero a las camionetas porque no les dan el mantenimiento correspondiente”.
Todo esto ocurre, dice Guerra, “porque los transportistas con tal de ahorrar recursos compran repuestos de segunda en la zona 4 capitalina”.
El defensor de la PDH agrega que “el mantenimiento casi no lo realizan mecánicos especializados, sino los mismos pilotos o ayudantes de las unidades colectivas”.
Juan Carlos Aquino, analista en seguridad vial, opina que la accidentalidad vial en el transporte extraurbano se debe en mayoría “a la poca supervisión tanto de vehículos como pilotos capacitados para manejar este tipo de vehículos”.
Sobre el desprendimiento del tren delantero o eje trasero, Aquino explica que se debe en gran medida a la falta de mantenimiento o servicio mayor de las unidades.
“La mayoría de pilotos realiza una inspección ocular del bus que conduce mas no un servicio profundo”, resalta.
“Recordemos que muchos buses ya tienen varios años de haber ingresado a Guatemala y al realizar las reparaciones o modificaciones pocas veces se hace un mantenimiento mayor”, expresa.
Le puede interesar: Video: El momento en que bus choca en Los Próceres y cómo el ayudante sale expulsado de la unidad
El defensor de la PDH, Edgar Guerra, abona en este caso a que los buses que circulan actualmente en rutas extraurbanas tienen de antigüedad entre 15 y 25 años. “Y es por eso que recurren a modificaciones en el motor, en la estructura del bus, sin medir consecuencias”, asevera.
Juan Carlos Aquino argumenta que “hoy por hoy no existe ninguna institución que les exija una revisión periódica del estado de los vehículos”.
“Todo se basa en la voluntad de los dueños del transporte que en muchas ocasiones realizan modificaciones a los vehículos para que sean más veloces o para ampliar la capacidad de usuarios”, manifiesta.
Aquino expresa que la “Dirección General de Transporte (DGT) apenas tiene inspectores para verificar la papelería de los vehículos y quizá el tema de llantas lisas, pero de ahí en más el usuario está desprotegido”.
Se consultó con la DGT sobre estos aspectos, pero hasta el momento no han respondido a las preguntas que se les enviaron.
#CbmInforma | #AccidenteDeTransito
Bulevar Los Próceres y 18 Avenida Zona 10, Ciudad.
Un bus extraurbano colisiona contra barranda de paso a desnivel, personas son atendidas con crisis nerviosa por @bomberosmuni. pic.twitter.com/vKR8huNNym
— Bomberos Municipales (@bomberosmuni) July 5, 2023
¿Por qué se desprenden?
Óscar Prado es un piloto de transporte pesado con más de 20 años de experiencia. Las necesidades lo han llevado a saber de mecánica de vehículos pesados y está convencido de que la falta de mantenimiento de las unidades extraurbanas muchas veces propician los accidentes viales.
“No es tan sencillo que un tren delantero o un eje trasero se zafe cuando el bus está en marcha. Eso no pasa si todo está bien”, asegura. El problema, explica, es que la falta de mantenimiento, y la falta de piezas en esas partes del vehículo, hace que ocurran los percances.
“Tanto en los camiones como camionetas los ejes van sostenidos con unas lañas, que son las que sujetan el tren delantero y el eje trasero”, explica Prado.
“La falta de servicio de esas partes ocasiona que se desprendan al momento de pasar un hoyo, una zanja rápidamente, o como el accidente de ayer (el 5 de julio en bulevar Los Próceres), que al impacto en la baranda del paso a desnivel, se cayó el tren delantero de un solo”, opina.
El problema, dice Prado, es que el bus cuando está en marcha y cargado de pasajeros, hace presión sobre los ejes y no pasada nada. Es probable que no tengan esas lañas (o tornillos), pero cuando pasa por un túmulo, bache o zanja, y a alta velocidad, suele ocurrir el desprendimiento.
Prado explicó que muchos de los buses que van en dirección oriente de la capital, los dueños de los autobuses les han modificado la estructura y los ejes para que se vean levantados de adelante y apachados en la parte trasera. Eso causa más problemas, opina.
Segunda causa de muerte
La muerte violenta por hechos de tránsito es la segunda causa de muerte violenta en Guatemala, según confirma el Observatorio Nacional de Seguridad del Tránsito (ONST) y las cifras del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif). La primera es la violencia homicida.
La Unidad Nacional por las Víctimas de Tránsito, que sostiene que los percances viales son la primera causa de heridos; la mayoría graves, mutilados o paralíticos.
Esta entidad ha impulsado que el Estado haga cumplir con acuerdo gubernativo 17-2020, que obliga al transporte colectivo de pasajeros y carga a contratar un seguro obligatorio contra terceros. Hasta ahora ha prosperado y se le han hecho ajustes en medio de protestas de gremiales de transportistas.
Por el incumplimiento de las leyes sobre seguridad vial, esta Unidad revela que en 25 años han resultado lesionados al menos 2 millones de personas y han muerto más de 85 mil.
De acuerdo con cifras del Inacif solo del 1 de enero de 2019 al 15 de noviembre de 2022 las personas que murieron en hechos viales sumaban 10 mil 599.