En el documento, el arzobispo De Villa, refiere que la noche del lunes, el Congreso de la República improbó el estado de Calamidad decretado por el presidente el viernes anterior.
Añade que en lo que más inmediatamente les afecta como Iglesia, es que regresan a la situación anterior en que las Iglesias pueden permanecer abiertas, se pueden celebrar los sacramentos, pero manteniendo el aforo de acuerdo a los semáforos epidemiológicos.
Llamado a la vacunación
“Ciertamente la vacunación es el medio a nuestro alcance más seguro para que disminuyan los contagios. Como iglesia es nuestro deber animar a las personas indecisas o a aquellas opuestas a la vacunación por motivos no racionales para que superen sus miedos y se vacunen como una obra que busca el bien común, que busca evitar los contagios de otros y, en último lugar, proteger nuestra propia salud”, cita el comunicado del arzobispo.
Agrega que el papa Francisco se ha vacunado, el papa emérito Benedicto se ha vacunado y todos los obispos de Guatemala se han vacunado. “Creemos que es lo más correcto y el ejemplo que debemos dar”, señala el documento.
Medidas de bioseguridad
El comunicado de De Villa agrega que es igualmente importante que “mantengamos las medidas higiénicas básicas: el uso de la mascarilla en lugares públicos, el frecuente lavado de manos y guardar distanciamiento social”.
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Menciona que como iglesia deben dar ejemplo y por ello no es aceptable que pueda entrar gente sin mascarilla a las iglesias o que entre un número superior de personas al aforo de acuerdo al tamaño del templo y al semáforo vigente.
“No está de más decir que si el Congreso de la República improbó el estado de calamidad, no está en las facultades de autoridades inferiores, como alcaldes o gobernadores el restringir normas más allá de la normativa nacional”.
Pedimos a Dios que esta pandemia pase y que para ello nuestra oración es importantísima. Pero como dice el viejo dicho: a Dios rogando, y con el mazo dando, Vale decir, pidamos a Dios pero cuidémonos nosotros, vacunémonos, usemos mascarilla, distanciamiento y gel.
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“A Dios rogando y con el mazo dando”
“Pedimos a Dios que esta pandemia pase y que para ello nuestra oración es importantísima. Pero como dice el viejo dicho: a Dios rogando y con el mazo dando. Vale decir, pidamos a Dios pero cuidémonos nosotros, vacunémonos, usemos mascarilla, distanciamiento y gel”, declara De Villa.
