Los altruistas, acompañados del espíritu festivo de la payasita Caramelo, lograron que todos bailaran, jugaran y convivieran como una verdadera familia.
“Nos quedamos enamorados de una niña de 11 años. Es encantadora, con una sonrisa hermosa, tierna”, dijo Arias, quien aseguró que hace estas actividades altruistas para inculcar en sus hijos que hay que ser solidarios con el prójimo.
Sor Araceli, directora de la institución, se mostró agradecida con la buena obra. “Quienes nos visitan nos dicen que luego de convivir en el hogar ya no vuelven a ser los mismos”, aseguró la religiosa.https://www.youtube.com/embed/HHbMtZ2pyUw
Buen corazón
Todos los años la familia Arias recolecta víveres y juguetes para regalar a las familias pobres, principalmente aquellas afectadas por desastres naturales.
“Le doy gracias a Dios por darme esta oportunidad de ayudar”, expresó el voluntario.