Lucía Noemí Mendoza, una programadora de 36 años, decidió que Beatriz tuviera un día diferente.
Un día especial
Mendoza disfruta de pasear con su familia, y no imagina que alguien no pueda hacerlo. Supo de la historia de Beatriz y de cómo a su edad trabaja sin descanso.
“Alegría no es estar sonriendo todo el tiempo. Tampoco es acumular cosas. Alegría es tener, compartir y ver a los demás sonreír”, dice Mendoza.
Beatriz conoció Antigua Guatemala, conversó con Mendoza y al finalizar el día, recibió una canasta llena de víveres, como compensación por no trabajar ese día.
“Es tan fácil hacer feliz a alguien, concluye Mendoza.