Los menores de entre 2 y 15 años entraron a la sala de proyección en Cinépolis y fue como internarse a un sitio nuevo y mágico.
Los autores de esta acción de bondad fueron los jóvenes de la comunidad San Juan Evangelista de la Parroquia San Martín de Porres, organizados por Mariajosé Echeverría, de 35 años.
Algo que puede ser común para muchos niños, en este país donde el 60% de la población es pobre, “uno no puede imaginar que una distracción como esta no llegue a algunos”, dice Echeverría.
Las caras de sorpresa, asombro, alegría y, sobre todo, agradecimiento, fueron los premios para estos jóvenes.
Lección
Después de ver la película, los niños fueron llevados a almorzar y pasar la tarde en los juegos de un restaurante.
“Todos podemos hacer buenas acciones. Todos tenemos vocación de servicio”, explica Echeverría, quien añade que si todos pensáramos en los demás, antes de uno mismo, “este mundo sería menos triste”.