Además del obsequio, también fueron a jugar un partido de futbol, en el que descubrió talentos deportivos.
Julio César, de 10 años, y Javier Marroquín, 15, fueron dos de los menores que sorprendieron a Gracias con sus técnicas de futbol, y por ello también recibirán apoyo para que puedan recibir entrenamiento.
“Ellos me transformaron la vida. La gente se equivoca cuando dice que uno es el ángel; son ellos nuestros ángeles”, confiesa Gracias, quien se sintió agradecido y satisfecho de haber podido ayudarlos.
“No solo es regalarles algo, sino sacarlos adelante con el estudio. Ellos no nos están pidiendo que se les regale dinero, trabajan para que se lo demos”, reitera.
Queremos que sean niños. Tienen derecho a tener un día alegre. Lo que necesitan son oportunidades.
El guatemalteco está convencido de que los niños son el desarrollo del país y necesitan apoyo.