Desde ese momento la vida cambió para esa familia. Una humilde casa de lámina es todo lo que tiene para compartir con sus hijos.
Shuandy sintió en su corazón el deseo de ayudar y compró una estufa, gas y víveres para ellos.
El acceso al lugar es difícil. Pese a ello, los hijos menores de María Fidelia van a la escuela. Santos no tiene trabajo, pues cuida de sus hijos y miembros de la iglesia a la cual asiste le dan ayuda económica.
Shuandy ayudará con los útiles de los menores.
Propongo que seamos diferentes y ayudemos de cualquier forma a los que nos necesitan.
“Me doy cuenta de tantas personas que se jactan con el fin de acumular bienes para sí mismas, cuando la realidad de nuestro país es que hay gente que necesita ayuda”, dijo.
María Fidelia recibió a Shuandy, y lloró de alegría y gratitud al ver la ayuda.