Luis recuerda que la reacción de Francisco Pichillá y su esposa fue de incertidumbre al comienzo, pero luego tomaron confianza y pudieron conversar durante la comida.
“Sentimos que esto es algo que Dios nos mandó. Luis Rodolfo es un ángel que nos ha mandado. Nunca nos había pasado algo así en la vida”, dijo Francisco Pichillá.
“Me sentí muy agradecido con Dios, por haber podido ayudar a una familia que en verdad lo necesitaba”.
“Para ellos fue una bendición, porque además les dijeron que la niña había avanzado en su tratamiento de quemaduras”, relata Luis, quien además les obsequió un vale por consumo para que puedan comprar artículos para el hogar.