Debido a esto María Isabel Grajeda, una joven altruista se dio a la tarea de ayudar a decenas de abuelitos que se dedicaban a vender helados y otros artículos en el Centro Histórico.
Grajeda consiguió ayuda para que los ancianitos pudieran tener alimentos, artículos de primera necesidad y medicinas, con lo cual pudieron palear las necesidades que tenían durante la pandemia.
Después de esto comenzó otra fase en la que organizaron a los abuelitos para que vendieran helados de distinto tipo en las calles de la zona uno y sectores aledaños de otras zonas.
Ahora están bien organizados y esto les ha permitido tener el sustento necesario para poder obtener el dinero que les permita cubrir sus gastos.
A pesar de esto, la organización también sigue dándoles medicinas, víveres y otros artículos que les ayudan a subsistir.
Apadrina a un abuelito
Una nueva fase que ha empezado la organización de Abuelitos Heladeros es apadrinar a un abuelito.
Para ello la diseñadora Anahí Chew Castillo se ofreció para ayudar a divulgar esta iniciativa.
Chew decidió ayudar a la organización dirigida por María Isabel Grajeda para crear la línea gráfica con la que Abuelitos Heladeros darán a conocer que ahora todos podemos apadrinar a un abuelito.
Chew aseguró que decidió ayudar con este proyecto ya que “es una bonita temporada para hacer este tipo de acciones”, pero lo ideal es ayudar al prójimo todo el año y en todo momento que se pueda, sin importar si es una acción grande o pequeña, ya que lo que importa es la intención.
Recuerde que dar llena más que solo recibir, compartamos en estas fiestas que son de hermandad y bondad.