Mario Tuy Saloj y Rogelio Tuy Morales —nombres ficticios— son dos vecinos de Sololá que fueron estafados por una persona que se hizo pasar por líder religioso. La pesadilla comenzó luego de que en una emisora local se anunció la oportunidad de viajar y laborar en el extranjero con visa de trabajo temporal.
Ambos pagaron Q10 mil cada uno como anticipo para gestionar la documentación para el viaje; sin embargo, luego de haber hecho el pago, el hombre, cuyo nombre se desconoce, desapareció y nunca más respondió su teléfono celular.
Desesperados por encontrar al estafador, se enteraron de que fueron varias las personas engañadas por el mismo sujeto, y que se trataba de alguien que residía en una aldea cercana, pero al llegar a la vivienda los propietarios del inmueble les indicaron que se había ido sin pagar el alquiler.
Otro engaño
Otro caso es el de Germán Vicente, de 22 años, que vive en San Vicente Buenabaj, Momostenango, Totonicapán, quien con el anhelo de conseguir un trabajo y de ayudar a su familia contactó vía telefónica a un coyote, a quien le pagó Q55 mil para que lo llevara a EE. UU.; pero para obtener esos fondos debió vender un terreno y adquirió un crédito bancario.
Vicente señaló que el coyote le advirtió que tendría tres oportunidades para cruzar la frontera, promesa que no cumplió debido a que solo tuvo dos intentos, en los que fue deportado de México.
“El viaje fue duro y pasé varios días sin comer. Ahora mi futuro es incierto, ya que no tengo trabajo y el banco me exige los pagos de la deuda. He tratado de contactar al coyote, pero desapareció y nadie da razón de él”, lamentó Vicente.
Macario Oj Ajcet, quien reside en Chimaltenango es otra víctima de estafa. Con el sueño de trabajar en el extranjero acudió a una empresa que ofrecía visas temporales para laborar en corte de tomate en Canadá. “Me acerqué a ellos sin saber que allí perdería todo”, comentó.
“Me citaron a una reunión donde me informaron sobre los beneficios de viajar. En siete meses lograría ganar Q90 mil y ofrecían hospedaje y transporte. Pagué Q12 mil y nunca salió el viaje”, refirió.
Casos como estos son tan solo una muerta de la magnitud del problema al que a diario se enfrentan miles de guatemaltecos, mientras las acciones de las autoridades para desarticular las bandas de estafadores son escasas, señalan representantes de instituciones que prestan asistencia a migrantes.
Gladys Marroquín, coordinadora de proyectos del Centro de Estudios y Apoyo al Desarrollo Local (Ceadel), informó que en comunidades de Chimaltenango los engaños son comunes, debido a que las oportunidades de empleos son casi nulas.
Úrsula Roldán, investigadora y coordinadora del área de migraciones de la Universidad Rafael Landívar y quien forma parte de la Mesa Nacional para las Migraciones en Guatemala, dijo que el Mintrab y el Ministerio de Relaciones Exteriores deben velar para que no continúen esos abusos.
“Las instituciones del Estado son sumamente débiles para la supervisión laboral; se requiere de una política más sostenida y más fuerte para hacer valer los derechos de los trabajadores”, agregó.
Alejandra Gordillo, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de Atención al Migrante de Guatemala (Conamigua), hizo un llamado a las personas para que no se dejen sorprender con los ofrecimientos de trabajo, debido a que las oportunidades laborales en el extranjero son escasas.
“Para toda Guatemala hay entre cinco o seis mil plazas cada año en Canadá; en Estados Unidos un poco más, pero las ocupan las mismas personas que viajan año con año. Solo unas cien o 200 son las plazas nuevas para Canadá y con eso los estafadores hacen negocio en todo el país”, comentó Gordillo.
Modo de operar
De acuerdo con Gordillo, quienes estafan a migrantes se presentan como miembros de empresas, ofrecen clases de francés o inglés por una semana y los certifican para optar a las plazas, para ello les e cobran Q12 mil, pero cuando el tiempo transcurre y el viaje no se concreta las personas comienzan a reclamar y los delincuentes se escudan con que el costo solo era para certificarlos, refirió.
“Otra manera de operar es el ofrecimiento de visas de trabajo. Les cobran, los obligan a tramitar pasaportes y otros requisitos, pero igual terminan estafados”, dijo.
El coyotaje es otra forma de estafa, pues los traficantes están ligados a prestamistas —usureros— y notarios, a través de quienes se tramitan créditos de entre Q50 mil y Q70 mi para costear el viaje.
“El coyote deja perdido a los migrantes en la frontera con México, y en algunos casos busca que los deporten y luego de tres intentos pierden su dinero”, explicó Gordillo, quien estima que un traficante cobra entre US$5 mil y US$7 mil —unos Q39 mil 200 y Q54 mil 880— y que los préstamos a usureros pagan el 10% de intereses al mes, lo que ha dejado a miles de personas sin donde vivir.
Conamigua ha conocido casos de personas que han pagado entre Q5 mil y Q10 mil por una carta, que supuestamente sirve para el trámite de visa.
Campaña
Bárbara González, directora de la oficina de asuntos públicos de migración y control de aduanas del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., señaló que llevan a cabo una campaña en varios departamentos para evitar que las personas sean engañadas por estafadores, y buscan hacer conciencia sobre los peligros que se corren al migrar.
“Difundimos la información correcta, explicamos que las leyes migratorios de EE. UU. no ha cambiado. Les explicamos que no hay permisos y que a las transnacionales criminales solo les interesa robar su dinero”, destacó.
González agregó que el Congreso estadounidense aprobó US$750 millones —unos Q5 mil 880 millones— para el Triángulo Norte de Centroamérica, conformado por Guatemala, El Salvador y Honduras, destinado para desarrollo comunitario.
Además, agregó que mil 200 coyotes han sido capturados del 2014 a la fecha, y que cada día llegan a Guatemala tres vuelos con migrantes deportados.
Negocio Redondo
Prensa Libre publicó en julio de 2014 un reportaje sobre las jugosas ganancias que deja el tráfico de personas hacia EE. UU. En esa oportunidad, un coyote que concedió una entrevista en la frontera de Tecún Umán, San Macos, comentó que le iba muy bien y que el negocio estaba en auge.
Según un reporte del 2010 de la Organización de las Naciones Unidas, traficar personas a EE. UU. genera para el coyotaje unos US$600 millones al año —unos Q4 mil 704 millones—; ese mismo informe establece que un migrante llega a pagar entre US$5 mil y US$10 mil —unos Q39 mil 200 y Q78 mil 400— para recorrer miles de kilómetros bajo el cuidado de las redes de tráfico que sobornan a autoridades, pandillas y carteles que controlan las rutas hacia el norte.
Expertos consideran que las ganancias para los coyotes por persona oscilar entre US$3 mil 500 y US$4 mil — Q25 mil 900 y Q29 mil 600—, si el viaje transcurre como fue planeado.
Datos obtenidos del documento Perfil Migratorio de Guatemala, de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), publicado en el 2012, establecen que un millón 637 mil 119 personas han migrado al extranjero, lo que representó el 11.4% de la población de ese año.
El Banco Mundial, a través de su base de datos Estimaciones Bilaterales de los contingentes de migrantes de 2013, calcula que 929 mil 961 guatemaltecos viven en EE. UU., 18 mil 386 en Canadá, 40 mil 609 en México y 11 mil 223 en Belice.
Un censo poblacional de EE. UU., efectuado en el 2000, cuantificó a 372 mil 487 guatemaltecos en ese país, y otro estudio, del 2010, arrojó que la cifra alcanzó a un millón 44 mil 209 connacionales radicados en ese país.
Normativa vigente
En el 2015 se reformó la Ley de Migración, que incluyó como delito el tráfico de personas.
El tráfico de personas será penado con cárcel de seis a ocho años. Abarca a quienes comenten, ofrezcan, promuevan, planifiquen, coordinen o faciliten alojamiento a los connacionales que tengan como objetivo ingresar de manera ilegal a otros países.
La pena será aumentada en dos terceras partes cuando en los delitos participen funcionarios o empleados públicos y cuando se trafiquen menores.
La normativa establece sanciones contra quienes obtengan un beneficio económico o material por facilitar el ingreso, permanencia o salida de extranjeros en situación irregular.