“La distancia para ir a un hospital no importa cuando se cuenta con dinero en el bolsillo, pero nuestra realidad es otra. El centro de Salud más cercano está a 15 kilómetros y un hospital a 50”, señaló Menchú mientras se disponía a empezar sus labores en el campo.
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La Organización Mundial de la Salud establece que la salud es un derecho universal para las personas; sin embargo, en Guatemala eso es una deuda pendiente del Estado, pese a distintos tratados, pactos y protocolos vinculantes que establecen medidas que deben ser adoptadas por el Gobierno y el Ministerio de Salud, según varias fuentes.
Zulma Calderón, defensora de la salud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), señaló que la situación de la salud pública ha pasado de la crisis a un drama, y que hay una clara pasividad de las autoridades para accionar.
“La situación del sistema de salud se conoce muy bien, no es un escenario nuevo. Lo que duele es que no hay direccionalidad desde el Gobierno; se carece de un plan que pueda orientarnos hacia dónde van los esfuerzos de las autoridades. Ya se debe pensar más allá de las donaciones”, criticó Calderón.
Mientras el crecimiento poblacional sigue su impulso del 2.4 por ciento anual, según el Instituto Nacional de Estadística, y el nivel de pobreza alcanza al 59.3 por ciento de la población, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2014, la cobertura y prestación del servicio en el sistema de salud pública es deficiente y “discriminatoria”, agregó Calderón.
Hugo Guch, alcalde de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, señaló de lamentable la atención en salud en todo el país: “En vez de mejorar, cada vez es peor. Las personas mueren por falta de atención médica”, expuso.
Rolando Costop, líder comunitario de Chimaltenango, tachó de precaria la situación de la salud pública, pues no hay políticas claras orientadas a solventar el problema mientras la población muere con facilidad.
Luis Mejía, vecino del barrio Valle Nuevo, San Benito, Petén, también considera que esos servicios van en detrimento y “la población tiene prohibido enfermarse en fin de semana”, al señalar que el centro de Salud más cercano, ubicado en Santa Elena, Flores, solo atiende de lunes a viernes.
La dificultad también se expande en las zonas rurales de La Libertad, San Luis y Poptún, donde los pobladores solo pueden acceder a jornadas médicas.
Víctimas de la crisis
Florinda Guzmán vive en Ayarza, Casillas, Santa Rosa, y padece de hipertensión. Recorre 42 kilómetros para ir por sus medicamentos al Hospital Nacional de Cuilapa, pero lleva tres meses sin recibir los fármacos y ha tenido que efectuar varios viajes en vano.
“Me dicen que tenga paciencia. El problema es que mi salud empeora. Pedí que me dieran una carta para ir a la capital por las medicinas, pero señalan que por falta de personal nadie puede redactar el documento”, comentó Guzmán, quien por cada viaje gasta Q20 en pasajes.
“A este lugar le llaman hospital— en Cuilapa— pero es mentira, no tienen medicamentos y en varias ocasiones nos ha tocado comprar las medicinas”, opina Carlos Morales, quien señaló que gasta Q100 entre pasaje y comida por día. “Si compramos la medicina es el doble y no hay dinero para eso”, resaltó.
Dolores Hernández, originaria de la finca El Zapote, en la cabecera de Escuintla, en las faldas del Volcán de Fuego, expresó que para llegar al centro asistencial más cercano debe caminar varios kilómetros en un camino de terracería, bajo el sol o la lluvia.
“Mi hija de 9 meses sufría por fuerte diarrea. Esperé dos horas para que la atendieran y luego me pidieron varios exámenes, en un laboratorio privado”, se quejó Hernández.
En Quetzaltenango, vecinos de El Palmar, San Carlos Sija, San Francisco La Unión, Huitán, Cabricán, Palestina de Los Altos y la Esperanza padecen por el poco acceso a la salud debido a la distancia.
El Observatorio de Salud Reproductiva y La Red de Organizaciones de Mujeres Indígenas por la Salud Reproductiva informó de que en Quetzaltenango cuatro de cada 10 niños no están vacunados.
Este año, a solicitud de la PDH, la Corte de Constitucionalidad exigió a las autoridades de Salud que abastezcan con medicamentos los hospitales. Alfonso Cabrera, quien fue nombrado ministro de la cartera de Salud en el inicio de la gestión del presidente Jimmy Morales, renunció al cargo recientemente.
Red de atención insuficiente
El Registro Nacional de las Personas tenía inscritos hasta el 31 de diciembre último a 16 millones 771 mil 248 habitantes, de los cuales seis millones 749 mil 358 son menores de edad; sin embargo, el Ministerio de Salud solo tiene dos mil 77 establecimientos en la red de asistencia, de los cuales 44 son hospitales —seis regionales—.
Édgar Arana, vocero de la cartera de Salud, reconoció el problema e hizo énfasis en que la reforma del sector Salud que impulsa el presidente Morales le dará solución.
El 24 de junio último, el Gobierno abrió un período de diálogo para recibir comentarios y propuestas de los distintos sectores de la sociedad civil sobre la iniciativa que abarca cuatro áreas: acceso universal a la atención de salud, fortalecimiento a la rectoría —verificar y promover la provisión de servicios—, financiamiento de la salud y la acción intersectorial, participación social y descentralización.
El plan comenzó este año en Chiquimula y se tiene previsto cubrir los 22 departamentos en los próximos tres años, según Arana.
Críticas
Olga Higüeros, vicepresidenta de la Asociación de Comadronas de Chimaltenango, señaló que la crisis afecta más a las mujeres. “Es rara la mujer que acude a un chequeo médico, y si lo hace es cuando ya está muy enferma”.
Cristina Cervantes Agustín, promotora de salud y comadrona en la comunidad La Unión, San Luis, Petén, criticó que las jornadas de vacunación para niños de 1 a 5 años y para mujeres embarazadas fueron suspendidas por falta de insumos.
Roberto Calvo, director del Hospital Regional de Escuintla, manifestó su preocupación por la falta de medicamentos en los nosocomios y dijo que los médicos tienen la voluntad de trabajar, pero no cuentan con los insumos necesarios.
Para la PDH, la crisis en el sistema de Salud tiene un panorama más complejo que en el 2015, porque ha tocado fondo debido a los casos de corrupción que involucran al expresidente Otto Pérez Molina y la ex vicepresidenta Roxana Baldetti.
Secuelas de la crisis
Algunos casos ocurridos este año evidencian la crisis.
- 4 de julio: Virginia Griselda Pua Lem, de 16 años, dio a luz afuera del Hospital Nacional de Baja Verapaz, por falta de atención de los médicos de turno. Por ese caso el facultativo Otto Rolando Estrada Pérez fue ligado a proceso.
- 14 de julio: Wendy Lucrecia Vásquez Cardona, 18, murió luego de haber dado a luz en el Hospital Regional de Huehuetenango, supuestamente por una mala práctica médica, denunciaron familiares. Según el médico forense, una perforación del útero fue lo que ocasionó el sangrado interno en la víctima.
- 30 de abril: Prensa Libre publicó que 17 niños de entre 48 días y 4 años fallecieron en menos de un mes en el Hospital Regional de Huehuetenango por complicaciones respiratorias y como consecuencia de la falta de ventiladores mecánicos.
- 5 de mayo: Se informó que el Hospital Regional de Occidente, en Quetzaltenango, es afectado por una plaga de cucarachas y roedores, así como por el mal manejo de los desechos, lo que pone en riesgo a los pacientes.
Carlos Paredes, José Rosales, María Longo, Mike Castillo, Oswaldo Cardona y Rigoberto Escobar