Hugo Alfredo Talé Yax, 31, de Totonicapán, murió heroicamente en el 2010, cuando intentó defender a una mujer que era víctima de un asalto en Nueva York. El guatemalteco falleció desangrado en la vía pública, sin recibir ayuda.
El 26 de agosto del 2014, en Oklahoma, William Rolando Fuentes Godínez en un ataque de celos mató a su esposa, Jaquelin Maribel Ramírez Fuentes, y a sus dos hijos. La pareja, originaria de San Pedro Sacatepéquez, tenía siete años de vivir en EE. UU.
Un día después de ese crimen ocurrió otro a guatemaltecos en el mismo estado. Karen Cifuentes, 19, hija de padres originarios de Sibilia, Quetzaltenango, murió en una balacera.
Aunque otros no han sido ultimados, muchas muertes no dejan de ser trágicas, como el caso de Moisés Ismael Locón Yac, 26, quien falleció el 23 de marzo último en una explosión de gas mientras laboraba en un restaurante en Nueva York.
Locón Yac era de San Andrés Semetabaj, Sololá, y había emigrado siete años antes. Su familia contó que él quería volver a casa, comprar un terreno y dedicarse a la agricultura.
El mismo día de la repatriación de los restos de Locón Yac fueron traídos los de Jorge Fernando Simón, 26, quien murió en Stamford, Connecticut. El fallecido era de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, y estuvo desaparecido por 15 días hasta que su cadáver fue encontrado en una playa.
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