Fernald sostiene que el hablar directamente a los niños les ayuda a identificar pronto las reglas y ritmos del lenguaje y sienta los pilares para que comiencen a entender cómo funciona el mundo.
Según la investigadora, la repetición ayuda a los niños a recordar las palabras y el aprender relaciones entre palabras como “el caballo tira del carro” les permite construir una imagen del mundo útil cuando llegan al colegio.
“Es necesario comenzar a hablarles desde el primer día”, afirmó Fernald esta semana durante la presentación del informe en Chicago. “Los niños están desarrollando una mente que puede concepualizar, que puede pensar sobre el pasado y el futuro”.
Las investigaciones realizadas durante las últimas décadas demuestran que los niños con padres de bajos recursos y menor educación suelen tener menos habilidades lingüísticas que los pequeños que vienen al mundo en hogares con más recursos.
En algunos casos los niños de cinco años con menores recursos económicos muestran dos años de atraso frente a los otros pequeños cuando entran al colegio.
Fernald ha dirigido estudios en los últimos años que revelan que la brecha entre los niños pobres y los ricos surge durante la infancia.
Según los estudios de la profesora de Stanford, a los dos años los niños con menos recursos tenían un retraso de seis meses en su capacidad para el procesamiento de habilidades críticas para el desarrollo lingüístico.
El trabajo de Fernald incluyó la grabación diaria de niños de familias hispanas de bajos recursos en sus ambientes familiares.
Fue así como ella y su equipo descubrieron que los niños a los que sus padres les hablaron directamente más a menudo desarrollaron una mayor capacidad para procesar el lenguaje y aprendieron palabras nuevas más rápidamente.
Los resultados demuestran que la interacción directa tiene grandes ventajas.
Fernald y su equipo dirigen en estos momentos un estudio entre madres hispanas de bajos recursos en San José (California) financiado por la Fundación W. K. Kellogg.
Este nuevo programa, que se llama ¡Habla conmigo!, enseña a las madres latinas a apoyar el desarrollo cerebral de sus bebés, al enseñarles cómo interactuar con ellos.
Los investigadores solo tienen datos de momento de 32 familias, pero los resultados son prometedores. Las madres en el programa ¡Habla conmigo! se comunican más y usan lenguaje de más calidad con sus bebés que las madres en otro grupo de control.
“Lo que resulta más emocionante es que los niños de 24 meses de las madres que están más involucradas están desarrollando vocabularios más ricos y procesando el lenguaje de forma más eficiente”, afirmó Fernald en un comunicado divulgado por la Universidad de Stanford.
“Nuestro objetivo es ayudar a que los progenitores entiendan que (…) pueden jugar un papel a la hora de cambiar la trayectoria vital de sus hijos”, añadió la psicóloga.