Hermann relata al diario que el pasado viernes acudió solo a cenar en el restaurante Royal Grill, después de que un amigo lo dejara plantado por falta de tiempo.
En la mesa vecina había cuatro clientes que bebían vino tinto y conversaban en inglés, recuerda Hermann, a los que, muy educado sonrió y les deseó un buen apetito antes de tomar asiento.
Tras cenar, una ensalada y un bistec con verdura y patatas acompañados de vino tinto, pidió la cuenta y el camarero le dijo que estaba invitado por su vecino de mesa, que creía haberle molestado con una conversación subida de tono.
“No era cierto. Se comportaron muy educadamente y a mí me dejaron de una pieza”, comenta Hermann, quien entregó a Clooney su tarjeta de visita con la intención de invitarle a su vez en otra ocasión.
El berlinés destaca que no fue hasta el momento de abandonar el restaurante y cuando otro huésped se lo comentó cuando se dio cuenta de que había sido invitado a cenar por el actor estadounidense, que vive actualmente en Berlín, donde prepara el rodaje de su próxima película The Monuments Men.