Efectivo

De lo Alto tiene altura elegante

En noviembre del 2011, Juan Pablo Porres Quezada, publicista y mercadólogo, junto a su hermano, decidieron comenzar con el proyecto De lo Alto, el cual se dedica a la fabricación de cojines, aunque su especialidad es la tapicería automotriz.

El empresario Juan Pablo Porres Quezada se dedica a la cojinería y la tapicería automotriz.

El empresario Juan Pablo Porres Quezada se dedica a la cojinería y la tapicería automotriz.

Con el transcurrir del tiempo y evaluando las oportunidades de mercado, De lo Alto expandió su visión. Como resultado, empieza con trabajos de tapicería para vehículos usados, clásicos o deteriorados, así como el revestimiento para transportes marítimos y aéreos.

Los materiales que se utilizan para la elaboración de los forros son cuero, piel ecológica y vinil de alta calidad. Cuentan con equipo especializado para la fabricación de finos detalles.

El éxito que ha alcanzado la empresa es gracias al trabajo creativo e innovador, además de ser emprendedores de corazón y de esforzarse para ser mejores día a día. Uno de sus lemas, dice Porres, es el trabajo honesto con clientes, proveedores y empleados.

En la actualidad, también realizan trabajos de imagen visual, así como toldos publicitarios, inflables promocionales, pabellones comerciales, muebles, degustadores y rótulos. Todos los productos están elaborados detalladamente, asegura el emprendedor.

Para Porres, el aprendizaje constante de cada situación y de las experiencias de otros ha sido un pilar importante en el buen funcionamiento de la empresa.

Él espera que su negocio sea el número uno en producir profesionalmente imagen visual al mercado guatemalteco, y confía en que todo se puede lograr haciendo las cosas con honestidad. “Lo bonito de ser honestos es que se puede terner un negocio para toda la vida”, insiste.

Con el trabajo de expertos costureros y tapiceros, De lo Alto produce mensualmente 120 tapicerías completas para automóviles. Los inflables promocionales tienen mucha demanda en El Salvador y Honduras, además de Guatemala.

“Los clientes primero olvidan el valor del producto antes que la calidad”, asegura Porres.

Ser inquieto, visionarios y sentir pasión por los detalles ha permitido que la empresa tenga alta demanda de trabajo, afirma el emprendedor.

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