El plan de educación a distancia consiste en que los padres de familia deben acudir a los centros educativos para recoger las guías de estudio, o los maestros envían el material por medio de PDF para que el estudiante trabaje en casa, posteriormente las imágenes de las tareas realizadas son enviadas por whatsapp.
Consultados algunos padres de familia indican que únicamente saben que las clases se retomarán a distancia por el anuncio oficial que hizo Educación, pero no han tenido comunicación con los docentes. Otros afirman que ya recibieron instrucciones pero no confían en la modalidad.
“Es muy difícil controlar que los niños cumplan, debe haber un adulto a su lado de lo contrario tienen muchas distracciones y no cumplen”, afirma Judith Gonzáles, ama de casa.
Pedro Ramírez, cuyos hijos estudian en una escuela pública, considera que los niños no aprenden porque la educación a distancia es obsoleta y las clases deberían ser virtuales, aunque reconoce que no todos tienen acceso a una computadora y menos acceso a internet.
“En la pandemia vi que era poco lo que aprendían y no es lo mismo estar en la clase que en la casa”, refiere.
Por medio del departamento de Comunicación del Mineduc se ha tratado de buscar una postura con autoridades educativas sobre si incluso podrían adelantar el cierre del ciclo escolar debido a las protestas pero no ha sido posible.
Esta semanas todos los colegios comenzarán las clases en modalidad virtual.
Sin resultados
Francisco Cabrera, consultor independiente en temas de Educación, dice que la Pandemia mostró una improvisación con las clases virtuales, puesto que no fueron productivas, por lo que recomienda nuevos diseños más participativos, interactivos y que no se pierda la concentración.
“Maestras hablando por mucho rato, alumnos dormidos, aburridos, cansados. Fue una mala experiencia que tuvo que dejar aprendizajes para que cuando sea necesario sean distintas y que no se pierda la interacción”, dice Cabrera.
“Si los estudiantes universitarios se distraen en las clases virtuales, como no lo van a hacer niños de 10 y 11 años”, acota el experto.
Cabrera enfatiza que en el sector público no hubo virtualidad y se utilizó el modelo de clases a distancia que “se utiliza desde hace décadas”.
Para el consultor, el modelo también funcionó muy mal durante la pandemia, y los materiales de aprendizaje se entregaron demasiado tarde, puesto que en algunos establecimientos los textos llegaron cuando estaban por concluir las clases y ya no había tiempo para utilizarse.
“En algunas escuelas las primeras guías llegaron entre julio y agosto y solo servían para dos semanas La segunda entrega fue en octubre y noviembre”, destaca.
Cabrera sugiere que Guatemala tenga un modelo educativo a distancia, si se toma en cuenta que el ciclo escolar es constantemente interrumpido no solo por protestas, sino por lluvias o erupciones volcánicas que se combinan con la pobreza.
“Debe ser un modelo que se tenga listo todo el tiempo, que todos sepan cómo utilizarlo y que no se improvise cada vez que hay un problema como el que vivimos”, puntualizó.
Días perdidos
Aunque el Mineduc afirma que se cumplirá con los 180 días de clases, Cabrera afirma que no hay una fuente creíble para sostener ese recuento.
“El ministerio va decir que sí porque utiliza los días que entregan alimentación escolar, pero al momento de una verificación se determina que una cosa es dar alimentos para 180 días y otra es es que se aprovechen los días para impartir clases”, refiere.
“En las escuelas suspenden clases hasta para la entrega de víveres, no veo la razón de suspender las clases por esas razones”, agregó.
Con la educación a distancia, según Cabrera, será poco lo que se logrará en menos de dos meses.
“Lo más seguro es que los niños ahorita están jugando sin nada que hacer, al igual que los maestros, porque no tienen una instrucción de Educación y hay una improvisación total”, advierte.
Poca educación
Guatemala es el segundo país de Centroamérica con el promedio más bajo de años de escolaridad, por detrás de Honduras. La media de años de estudio de los guatemaltecos es de 6.3, porque a duras penas terminan la primaria. La crisis generada por la pandemia del covid-19 causó un rezago mayor, pues se habría perdido más de un año de escolaridad, luego del cierre prolongado de los centros educativos en el país.
Al permanecer los centros educativos cerrados por un período de 13 meses, el promedio de años de estudios de los guatemaltecos pasaría de 6.3 a 4.8, según análisis del Banco Mundial, en el que hace una simulación del impacto de la pandemia en varios escenarios.
Con un escenario de siete meses sin clases presenciales la disminución sería de 0.8 años, mientras que, si el cierre se prolonga a 13 meses, el descenso llegaría a 1.5 años, lo que a largo plazo tendrá un efecto negativo sobre el perfil del capital humano que se verá limitado para ingresar al mercado laboral.