Los anuncios de ayer están diseñados “para apoyar al sector privado cubano emergente”, indicó en un comunicado la secretaria de Comercio de EE.UU., Penny Pritzker, al anunciar las medidas junto con el secretario del Tesoro, Jack Lew.
Por su parte, Lew dijo que estas regulaciones subrayan el “compromiso” del presidente Barack Obama con “promover un cambio constructivo para el pueblo cubano”, y agregó que una relación bilateral “más abierta y fuerte” tiene el potencial “de crear oportunidades económicas para estadounidenses y cubanos por igual”.
De acuerdo con el presidente del Consejo Económico y Comercial EEUU-Cuba, John Kavulich, se trata de “la mayor modificación en materia comercial y de inversiones” entre los dos países “en décadas”.
El anuncio llegó en vísperas de que el papa Francisco, quien tuvo un papel destacado en impulsar el histórico acercamiento bilateral, visite Cuba a partir de hoy, sábado, y, a continuación, EE.UU. desde el día 22.
Bajo las nuevas normas, ciudadanos estadounidenses podrán establecer y mantener una presencia física en Cuba, como una oficina o un almacén, en sectores como el periodístico, agrícola y construcción, correo y envíos postales, telecomunicaciones y empresas de viajes, entre otros.
Además, los negocios que se instalen en la isla podrán contratar a ciudadanos cubanos, así como abrir y mantener cuentas bancarias allí. En el sector de las telecomunicaciones e internet, los estadounidenses autorizados podrán prestar servicios en asociación con entidades cubanas. En cuanto a los viajes, el transporte marítimo entre EE.UU. y Cuba será autorizado por licencia general, y no caso por caso.