Economía

Venezuela y las posibles intenciones de renegociar su deuda externa

Incertidumbre ha generado Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, al hablar de una renegociación de su abultada deuda externa, lo que pareciera ser un terreno incierto y plagado de obstáculos.

Expertos económicos ven la posibilidad que en la estrategia de Maduro de renegociar la deuda externa, se contemple un default. (Foto Prensa Libre: EFE)

Expertos económicos ven la posibilidad que en la estrategia de Maduro de renegociar la deuda externa, se contemple un default. (Foto Prensa Libre: EFE)

Lo primero que se necesita conocer, para entender los planes del país sudamericano, es qué se quiere negociar. La deuda venezolana asciende a unos 150 mil millones de dólares, pero el presidente Nicolás Maduro no detalló los tramos que busca “refinanciar y reestructurar”.


El experto en deuda Alejandro Grisanti dijo a la agencia AFP  que Maduro “se refirió”  a los bonos soberanos y de la petrolera PDVSA, que según su consultora, Ecoanalítica, suman unos 62 mil millones de dólares.

Venezuela, país con las mayores reservas petroleras, también tiene como acreedores a Rusia -con unos 8 mil millones- y China -con 28 mil millones-, que este viernes dijo confiar en que Venezuela resolverá sus problemas de deuda.

¿Quiénes son los poseedores de esos bonos?

Maduro sostiene que 74% son estadounidenses y canadienses. Una fuente del banco JP Morgan -agente pagador de la deuda- señaló a la AFP que 30% son venezolanos. El resto se concentra en Estados Unidos, Canadá y Europa, según Ecoanalítica.

Fuentes del mercado aseguran que algunos de esos venezolanos son cercanos al gobierno y presionan para que no haya default. Al anunciar la posible renegociación, Maduro ordenó el pago de mil 169 millones de dólares del bono PDVSA 2017, según economistas, con acreedores locales.

“Venezuela va a seguir siendo un pagador confiable”, garantizó Maduro, quien sostiene que el país pagó 71 mil 700 millones de dólares desde 2014 en servicio de deuda.


¿Qué implica una renegociación?

Aunque Maduro no habló de suspensión de pagos, Grisanti afirma que su anuncio es interpretado por el mercado como “el primer paso para un default” (la declaración de un deudor de no poder pagar una deuda).

“Una reestructuración es una especie de default aunque no se catalogue así”, comentó a la AFP  Henkel García, director de la firma Econométrica.

La pretendida renegociación generó que los bonos venezolanos bajaran hasta 20 puntos, aunque luego se recuperaron un poco, recordó Grisanti.

Con un nivel de reservas de 10 mil millones y una economía devastada, Venezuela debe pagar en lo que resta del año unos mil 800 millones de dólares, y unos 8 mil millones en 2018.

Si cae en default, el país enfrentará litigios, pues muchos bonos carecen de cláusula de acción colectiva (donde se impone el acuerdo con la mayoría), por lo que una minoría que se sienta lesionada puede demandar, advierte Asdrúbal Oliveros, de Ecoanalítica.

“Pueden buscar el embargo de los activos de PDVSA en el exterior” , como CITGO, filial de la petrolera en Estados Unidos, o de cuentas por cobrar, señala Grisanti.

Los próximos pagos, previstos para la semana entrante, serán clave para saber si un default es inminente.

¿Es viable una renegociación?


El gobierno es ambiguo en cuanto a lo que busca, pues habla de “refinanciación y reestructuración”.

Un refinanciamiento es una oferta de canje de bonos y los inversionistas deciden, mientras que una reestructuración elimina el carácter voluntario y se obliga a los acreedores a aceptar nuevos papeles, explicó Grisanti.

De cualquier modo, “ambas cosas son imposibles puesto que por las sanciones de Estados Unidos el gobierno no está en capacidad de emitir nuevos bonos”, añadió.

Ligado a ello, Maduro delegó como negociadores al vicepresidente Tareck El Aissami y al ministro de Economía y Finanzas, Simón Zerpa, a quienes Estados Unidos impuso sanciones que prohíben a sus ciudadanos tratar con ellos.

“El gobierno también tendría que mostrar un plan de recuperación”, que ofrezca garantías, apuntó Orlando Ochoa, doctor en economía de la universidad de Oxford.

La situación de la economía es calamitosa, tras cuatro años de contracción (36 por ciento) , a las puertas de la hiperinflación  (proyectada por el FMI en 2 mil 349.3 por ciento para 2018) y una producción petrolera que cayó 23 por ciento desde 2008 hasta los actuales 1.9 millones de barriles diarios.

Con ese panorama, “los inversores preguntarán ¿cómo me vas a pagar?”, dijo Ochoa a la AFP.

Otro obstáculo es lo legal. La renegociación debería ser aprobada por el Parlamento de mayoría opositora. Pero el gobierno lo desconoce y daría esa facultad a la Asamblea Constituyente, a su vez no reconocida por buena parte de la comunidad internacional.

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