Zhang incluso había conseguido a tres jóvenes empleadas para atender tras las mamparas, aunque una de ellas era su hija, de apenas 15 años, y las otras dos eran compañeras de ella en el instituto.
Abierto desde el 13 de julio, el falso banco logró que un primer cliente, de nombre Liu y al parecer conocido por Zhang, ingresara en él, los citados 40,000 yuanes, con la promesa de que tendría un 0.185 de interés mensual.
Sin embargo, Liu empezó a sospechar cuando, un mes después, intentó sacar ese dinero de su cuenta y Zhang, con diversas excusas, rechazó esa petición, por lo que el cliente lo denunció a la policía.
Agentes locales visitaron la sucursal el miércoles de la pasada semana, descubrieron el engaño y la oficina fue cerrada inmediatamente.
En una entrevista para la televisión, Zhang contó que había intentado entrar a trabajar para el Banco de Construcción de China, sexta mayor entidad del mundo por volumen de capitales, pero que había sido rechazado.
“Sólo quería abrir un banco, no pensé mucho en ello” , confesó tras las rejas el campesino, que al parecer no es el primero que intenta en el país este tipo de estafa.
A principios de este año, por ejemplo, se descubrió que una cooperativa rural había creado un falso banco con el que había conseguido acumular unos 31 millones de dólares / 28 millones de euros procedentes de más de 200 clientes, en unas oficinas también decoradas de la misma forma que una entidad de ahorro.