La investigación “Millennials en América Latina y el Caribe: ¿Trabajar o estudiar?” analizó los datos de unos 15 mil jóvenes de entre 15 y 24 años que viven en áreas urbanas de Brasil, Chile, Colombia, El Salvador, Haití, México, Paraguay, Perú y Uruguay.
“En todos los países investigados, hay un contingente expresivo de jóvenes que no trabajan ni estudian, en su mayoría de familias con menos recursos”, señaló el reporte.
En cuanto al sexo, el número de mujeres que ni estudian ni trabajan es casi el doble que el de los hombres en esas edades, un fenómeno que prácticamente se triplica en países como El Salvador y Brasil.
Por otro lado, el 70% de los jóvenes que trabajan lo hacen en actividades informales, y entre los que están dentro del mercado formal, hay una alta temporalidad.
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Además, el 40% de los entrevistados no son capaces de hacer cálculos matemáticos “muy simples y útiles para su día a día”.
No obstante, informe señala que los jóvenes analizados, “con excepción de los haitianos”, tienen “mucha facilidad para lidiar con dispositivos tecnológicos” y “poseen altas habilidades socioemocionales”.
Asimismo, “los jóvenes de la región presentan altos niveles de autoestima y de autoeficiencia” para “organizarse” y “alcanzar sus propios objetivos”.
En este sentido, los investigadores subrayaron “la necesidad de inversiones en el entrenamiento y la educación de los jóvenes” y sugirieron la “adopción de políticas públicas” que les ayuden a “hacer una transición exitosa” hacia el mercado de trabajo.
El estudio fue realizado por el Ipea en asociación con la Fundación Espacio Público de Chile, el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
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