El empresario tiene una licenciatura en Economía y Finanzas, y un master business administration (MBA), ambos de la Universidad Francisco Marroquín. Actualmente estudia Derecho en la Universidad Rafael Landívar porque considera que ambas carreras son un buen complemento para poder aplicar los conocimientos en las necesidades de la organización.
Además, con nostalgia expresa que le apasiona la medicina y en una época de su vida fue bombero, una experiencia gratificante, aunque con un final agridulce, pues por razones personales y de pensamiento ideológico decidió retirarse.
Estrada también trabajó en su momento en una institución financiera, durante cinco años, como analista económico, y tuvo a su cargo una gerencia de créditos.
Toda esa experiencia le ayudó a tomar decisiones importantes que por ser una empresa familiar debe asumir con responsabilidad y carácter.
Oportunidad de oro
Abrir una empresa en Guatemala es todo un reto, considera Estrada. Recuerda que hace dos años, para poder establecer su negocio, pasó por varios procesos burocráticos que llevaron tiempo y una fuerte inversión, aproximadamente unos Q50 mil.
En ese sentido opina que la mayoría de emprendedores no cuentan con las facilidades para poder concretar sus modelos de negocios y la brecha entre quienes sí lo logran y los que no es muy amplia.
Rony Estrada considera que es un empresario nato. Antes de lanzar el proyecto de Terranova ya había vendido dos startups o compañías emergentes, que aún están vigentes y en crecimiento.
Vender esos modelos de negocios le permitió hacerse de capital y empezar con el nuevo negocio, que demandaba, aparte de todo su tiempo y dedicación, una fuerte inversión, por ser una empresa industrial que necesita maquinaria moderna y procesos cuidadosos de producción.
Estrada aconseja a los emprendedores terminar lo que empezaron, porque cuando se cree en algo es mejor enfocarse para que tenga un buen término. También recomienda elegir bien las batallas, porque en este camino se encuentran muchas, pero es mejor priorizar en dónde se harán los esfuerzos y no gastar energías en otros que no valdrán la pena. Ejecutar hasta el final y corregir el rumbo también son aspectos válidos e importantes.
“Creo en la libre competencia, no soy partidario de los monopolios; al contrario, si existen competidores nos impulsa a ser mejores, a retarnos a nosotros mismos, pero si no existe esa motivación también la calidad se puede ir perdiendo en el camino”, refiere el empresario.
Otra parte que explica el profesional es la inversión. Muchas personas que desean emprender no tienen acceso a créditos bancarios, y es donde empieza la frustración. Sin embargo existen ángeles inversores que apoyan a empujar esos proyectos.
“Un amigo cercano y familiares fueron quienes confiaron en la idea de negocio, y con un poco de capital propio empecé a formar lo que ahora es una industria de alimentos”, cuenta el empresario.
En el 2016 logró entrar a la cadena de tiendas Walmart, y fue una de las mejores oportunidades que hasta la fecha califica como una relación comercial sólida y estable, la cual desea conservar.
También abrieron otras alianzas comerciales con tiendas de conveniencia que expenden ambas presentaciones, ya sea el producto listo para el consumo o bien en fruto.
Seguir creciendo
Luego de que la producción de aguacate y guacamol maduró, abrió la línea de plátano prefrito, con presentaciones en caja de 24 libras o cuatro bolsas de seis libras, cada una.
En el corto plazo, espera poder ampliar su línea de productos con algunas presentaciones de plataninas y petacones de plátano, que espera lanzar pronto al mercado, pero aún faltan detalles por definir en cuanto al proceso de industrialización.
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