Se trataba de una enmienda en la postura del Parlamento Europeo sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), cuyo texto final se votará esta tarde y para el que más de un millar de enmiendas llevan revisándose desde el martes.
“Una victoria para todos los ecologistas y una gran derrota para el sector de la carne”, dijo el eurodiputado de izquierda Francisco Guerreiro.
No obstante, la Eurocámara sí aprobó otra enmienda para impedir el uso de referencias como “del tipo”, “estilo” o “alternativa” para comparar productos no lácteos a los lácteos -por ejemplo, la mantequilla de soja o la leche de almendra-, un extremo que aún debe negociarse con los países.
El Tribunal de Justicia de la UE ya concluyó hace unos años que no se puede hablar de leche, nata, mantequilla, queso y yogur para productos no derivados de la leche pero la enmienda va más allá y busca impedir este tipo de referencias comparativas para asemejarlos a los lácteos tradicionales.
“El consumidor debe disfrutar de una gama de fuentes alternativas de proteínas atractivas y asequible. Organización de los consumidores europeos.
La posibilidad de limitar las denominaciones de la hamburguesa y salchicha a los alimentos fabricados con carne había generado un encendido debate en las últimas semanas entre el lobby del sector cárnico y las organizaciones ecologistas.
El 42.4% cree que las denominaciones tradicionales (carne, salchicha, etc) deberían permitirse siempre que los productos estén claramente etiquetados como vegetarianos, el 26,2 % no ve ningún problema en utilizar esas denominaciones y el 20,4 % cree que esas denominaciones no deberían estar autorizadas.
La organización de los consumidores europeos subraya que para cumplir con la estrategia “De la Granja a la Mesa”, que quiere impulsar una producción y consumo alimentario más sostenibles, los consumidores europeos deben pasar a “una dieta más vegetal, con menos carne roja y procesada”.