El cierre es una de las medidas más punitivas de las que dispone Seúl y dañará las empobrecidas finanzas de Corea del Norte. Seúl dijo que quiere impedir que Pyongyang utilice el dinero del parque para desarrollar sus programas nucleares y de misiles.
El domingo, Corea del Norte lanzó un cohete de largo alcance que otros países consideran un ensayo de tecnología de misiles balísticos.
El ministerio de unificación de Corea del Sur dijo que alrededor de 130 surcoreanos planean ingresar el jueves a Kaesong para iniciar el trabajo de cierre y que casi 70 surcoreanos que han permanecido ahí se irían.
Corea del Norte, descontenta por los ejercicios militares de Corea del Sur y Estados Unidos, retiró a sus trabajadores de Kaesong por alrededor de cinco meses en 2013. Pero, en general, se ha considerado que el complejo estaba por encima de las constantes riñas y los derramamientos de sangre ocasionales entre las naciones rivales.
Al cerrar el parque, la presidenta surcoreana Park Geun-hye ha hecho ahora algo que su predecesor se resistió a hacer, incluso luego de que dos ataques atribuidos a Corea del Norte mataron a 50 surcoreanos en 2010.
El ministro surcoreano de Unificación, Hong Yong-pyo, dijo en una conferencia de prensa que la suspensión de las operaciones en el parque impediría a Corea del Norte utilizar el dinero ganado en el recinto para desarrollar su tecnología nuclear y de misiles.
El brusco retiro de Corea del Sur de un parque industrial en el Norte es un grave revés para las empresas surcoreanas que lo usaban, pero la severa medida diplomática difícilmente afectará la decrépita economía norcoreana.
Al sancionar al Norte por lanzar un cohete de largo alcance el domingo, el gobierno surcoreano dijo días atrás que cerrará el parque industrial de Kaesong y acusó a Pyongyang de usar el dinero obtenido de las inversiones surcoreanas para financiar sus proyectos armamentistas.
El parque, que comenzó a producir bienes en 2004, ha producido 616.000 millones de wons (560 millones de dólares) para la empobrecida Corea del Norte, afirmó Hong.
“Parece ser que dichos fondos no han sido utilizados para allanar el camino hacia la paz como la comunidad internacional esperaba, sino más bien para actualizar sus armas nucleares y misiles de largo alcance”, dijo durante la sesión informativa televisada.
Entre la iniciativa surcoreana y el capital y tecnología de la mano de obra barata del Norte, el parque industrial ha sido una prueba de reunificación entre las dos Coreas. El año pasado, 124 compañías surcoreanas contrataron a 54.000 norcoreanos para producir medias, relojes y otros bienes con un valor aproximado de 500 millones de dólares.
Además de los beneficios económicos, el parque también permitía que personas de las Coreas interactuaran entre ellas y echaran un vistazo a las vidas en el otro lado de la frontera.
Compañías y el gobierno surcoreano invirtieron más de un billón de wons (852 millones de dólares) para pavimentar caminos y levantar edificios en la zona del parque, que se ubica en un complejo enrejado y con guardias en las afueras de Kaesong, la tercera ciudad más grande de Corea del Norte.