Las restricciones por el covid-19 han hecho que las actividades sean distintas en el sector comercial, en una época esperada para mejorar las ventas. En los meses previos al fin de año, las familias priorizaron gastos básicos, emprendieron para mejorar ingresos o compensar los que se perdieron, y el Gobierno implementó programas de asistencia compensatoria. Todo esto implicará una Nochebuena austera, sin olvidar la convivencia familiar, con amigos o compañeros de trabajo.
Juan José Castillo, gerente de comercio electrónico de la Cámara de Comercio de Guatemala (CCG), indicó que en Guatemala hay ocho millones de personas conectadas a internet, el país centroamericano con más usuarios.
“El impacto de la pandemia es sin precedentes, para varias industrias de forma negativa y de recuperación lenta; pero ha sido al contrario en el comercio electrónico, en el que el país, por primera vez, crece 118% este año. Hoy, más que nunca, el comercio electrónico llegó para quedarse”, manifestó.
Cristian Mayorga, director ejecutivo de la CCG, expuso que diciembre es la temporada de mayor venta para el sector y, a pesar de la emergencia, el desempleo y la pérdida de ingresos en las familias, esperan que las ventas mejoren y se recuperen en las semanas próximas.
Sin ser pesimista, Mayorga aclaró que no se presentarán los niveles de actividad comercial de otros años, pero mantienen la esperanza de que el ambiente mejore cerca de los festejos.
Juguetes, calzado y vestuario son los artículos que se mueven más en esta temporada, y los comerciantes se esforzarán por alcanzar a más clientes.
La Intendencia de Aduanas de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) reportó que, para esta temporada, las importaciones disminuyeron en septiembre, cuando inicia el ingreso de lotes de mercancías que se comercializarán en noviembre y diciembre, el ciclo habitual.
AL MARGEN
Por el coronavirus, el confinamiento y otras causas, importadores de juguetes no se arriesgaron y no adquirieron robustos volúmenes de mercancías como es usual en esta época. Gabriel Escobar Ranero, gerente general de la juguetería Mad-hause, no compró la cantidad de juguetes de otros años; se limitó a una importación pequeña.
La planificación empezó en junio. Sus cálculos reflejaban una posible caída de ventas, por lo que redujo sus pedidos en comparación con otros años, y ofertará los productos que le quedaron en inventario del año pasado.
Este año no asistió a las ferias internacionales de juguetes, donde se presenta la moda de la industria, lo novedoso y lo más reciente, que en su mayoría proviene y es abastecida por fábricas de China y que distribuyen a todas las partes del mundo.
Escobar Ranero afirmó que hay un cambio en los canales de distribución, ya que las personas no llegan a los centros comerciales, el medio tradicional de venta que despierta interés emocional del adulto o el niño. Una buena parte de esa oferta se trasladó al comercio electrónico, con un cobro adicional por entrega del pedido.
AL MÁS ECONÓMICO
Klaus Rottmann, comerciante mayorista de juguetes en la 19 calle de la zona 1, aseguró que hay un gran cambio en el negocio, y en su caso la caída fue de 75% para esta temporada. La percepción en las tiendas es que los clientes que hacían el esfuerzo para comprar un juguete caro o el producto de moda acudían a extrafinanciamiento, y eso no va a ocurrir está Navidad.
En todo caso, pronostica que será más mesurada en el sentido de que las familias destinarán recursos para otras áreas básicas en los hogares. Los padres de familia y adultos que hacían el esfuerzo de comprar un juguete de segmento A o premium, se inclinarán por artículos dirigidos para segmento C; optarán por tres o cuatro obsequios económicos, en el rango de Q30, que uno de Q200, citó Rottmann, como ejemplo.
“Dudamos que vaya a haber mercado navideño en los campos del Roosevelt, porque antes, a estas alturas, ya se tenían ventas instaladas, y ahora, los productos de adornos navideños se comercializarán con saldos del año pasado”, describió el empresario.
Las mismas circunstancias habrá con la importación de adornos y árboles navideños artificiales, dirigidos a un segmento popular, esta ocasión no hubo mayores compras del exterior.
DESCAPITALIZADOS
Rottmann explicó que aquellos comerciantes que, por la pandemia, invirtieron su capital en la importación de mascarillas u otros productos relacionados al covid-19, se descapitalizaron para importar productos navideños. Para quienes se recuperaron, los productos de temporada ya no llegan en buen tiempo al país, y dedicarán sus esfuerzos en atender el ciclo escolar en enero. En Navidad se mueve mucho juguete, como carros de control remoto. También hay preferencia por todo de tipo de figuras, muñecas y carros de personajes animados.
Rottmann dijo que los juguetes premium son los juegos de video, consolas, y el spinner drone, uno de los productos novedosos que no ingresó al mercado. Para el segmento popular están los trocitos, carritos, carruajes de muñecas, rompecabezas de maderas, cincos, ajedrez, dominó y otros juegos de mesa que se observarán en esta temporada y que, por el confinamiento, tuvieron cierto incremento como entretenimiento familiar. Respecto de la decoración navideña, las familias van a “desempolvar” lo que tenían y se percibe que las personas serán muy austeras, dijo el mayorista.
“PARA LA CENA”
Mirna Galindo, quien trabaja en una empacadora de plátano en Tiquisate, Escuintla, desea compartir con sus tres hijos pequeños momentos de felicidad en medio de este ambiente de mucha fatiga, pero piensa ahorrar para comprar juguetes y el “estreno”.
“Los momentos están difíciles por el virus, pero quiero complacer con algún juguete, no solo a mis hijos, sino a mis pequeños sobrinos. Ahora estuvieron en casa, se merecen una atracción, un estímulo, que se olviden un poco de todo esto”, comentó el ama de casa, quien no piensa gastar más de Q350 en juguetes.
“Estamos pensando en ahorrar un poco, y con unos tamalitos la vamos a pasar en Nochebuena”, reconoció Galindo.
LO NECESARIO
Lennin Turcios vive en la ruta al Atlántico. Se quedó sin empleo en junio, recuperó su trabajo en septiembre y “ajustando” espera comprar juguetes, ropa y vestuario para sus hijos pequeños. Su presupuesto es de Q2 mil.
“Me voy a apretar el cincho. Ellos están pequeños, y queremos celebrar la Navidad, para que la disfruten. Al final, veo cómo salgo, pero quiero compartir”, dijo.
COSTUMBRE IMPORTADA
La práctica de entregar obsequios para Navidad e instalar un árbol es una práctica en Guatemala desde el siglo XX, dijo el historiador Johann Melchor.
“Se brindan regalos en Navidad por el día en que nació el Niño Jesús, pero también se puede regalar por el Día de Reyes, y en Guatemala no se dan ese día. A los que más regalos se les da son a los niños”, indicó. La celebración guatemalteca abarca la elaboración de un nacimiento, el toque de los chinchines que viene de la época de los mayas, las posadas que son una combinación propia y los niños jugando con capiruchos y ronrones.
Tragedias decembrinas que se superaron
Un diciembre como el que se espera este año se vivió hace mucho tiempo con desastres que impactaron a Guatemala, como terremotos y epidemias. El doctor en Historia del Arte, Johann Melchor, describió que en 1902 hubo una erupción del volcán Santa María que destruyó Quetzaltenango en la época navideña. La epidemia de la viruela también azotó Guatemala y entristeció las fiestas, ya que afectaba a los menores de 15 años y había episodios con mucha mortandad en ese sector de la población.
Melchor comparó la epidemia de la gripe española con el nuevo coronavirus. Aquel virus afectó las fiestas navideñas en 1917, durante la administración de Manuel Estrada Cabrera.
“Esa gripe surgió en la Primera Guerra Mundial, recorrió el mundo y pasó por Guatemala en tres años”, comentó. Lastimosamente, cuando el país estaba afectado por la gripe española ocurrieron los terremotos de 1917 y 1918, que también causaron muerte y destrucción.
“El terremoto de 1917 ocurrió el día de Navidad. La gente estaba en sus casas, con sus familias, y fallecieron. Otros salieron a las calles y quedaron aplastados por la caída de las casas y, para variar, el Gobierno de ese entonces nunca dio los resultados”, manifestó el historiador. El experto consideró que esa fue la Navidad más triste en la historia para la ciudad de Guatemala, ya que la población sufría por la gripe española y la “remató” el sismo. Ocho días después, ocurrió otro terremoto, en Año Nuevo de 1917, y otro movimiento se registró a finales de enero de 1918.
“No fueron réplicas, sino tres terremotos entre diciembre y enero”, precisó el historiador, y por eso cuenta que tanto los terremotos como las epidemias son los eventos que han marcado las navidades en el país. Tan solo hace una semana, la tormenta Eta golpeó a Guatemala e inundó varias comunidades en Izabal, Alta Verapaz, Quiché, Zacapa y el sur de Petén.