El depositario, en este caso TCQ, se convierte en el responsable del almacenamiento, custodia, protección, seguridad y conservación de las mercancías, que durante el plazo de su depósito podrán ser sometidas a reacondicionamiento, reembalaje, análisis o cualquier otra actividad necesaria para asegurar su conservación e identificación, siempre que no se modifique o altere su naturaleza.
Asimismo el depositario debe permitir la salida de la mercancía una vez cumplidas las formalidades legales y requisitos exigidos por la SAT. Al final del día, estas terminales se convierten en centros logísticos para el país y países vecinos que permiten mejorar la competitividad.
Los exportadores e importadores requieren de infraestructura portuaria que les permita disminuir sus costos, mejorar los tiempos de envios, desaduanaje y tránsito a terceros países o zonas francas. Tener buques retenidos cerca del puerto, sin posibilidad de descargar los contenedores por congestionamiento en los muelles o lugares de almacenamiento es un mal negocio para todos. De igual manera, retrasos innecesarios o imprevistos en contenedores de productos perecederos implica pérdidas enormes.
Algunos otros países de la región, como Costa Rica, están planeando crecimientos similares a TCQ, tal es el caso de la Terminal de Contenedores de Moín (TCM), cercana a Puerto Limón, en el Caribe. Se ha previsto un crecimiento sostenido en comercio y disminución en el costo de transporte, que en los siguientes diez años de operación, a partir del 2018, se podrían generar 147 mil empleos y un impacto mayor del 5% del PIB. TCM será competencia directa para los puertos guatemaltecos, ecuatorianos y colombianos. Por otro lado, se prevé que la Junta de Administración Portuaria y Desarrollo de la Vertiente Atlántica (Japdeva) recibirá US$12.5 millonesanuales por parte de TCM, que deberá invertirse en desarrollo económico y social de la región, según Summa.
También en la región mesoamericana, en abril pasado, en Colombia, la Terminal de Contenedores de Buenaventura casi duplicó su capacidad de manejo de contenedores; en palabras del vicepresidente colombiano: “La ampliación de la terminal es una muy buena noticia, pues esta pasó de recibir anualmente cerca de 350 mil contenedores de 20 pies (7 millones de toneladas) a 600 mil contenedores año (12 millones de toneladas), lo cual aumentará significativamente la productividad del puerto”.
Y a finales de junio, mucho más cerca, en El Salvador, la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (Cepa) reinauguró el puerto de Acajutla después de una inversión de US$460 millones para su modernización, y en palabras del vicepresidente del país: “Los trabajos son parte del plan de modernización de la infraestructura logística del país que ejecuta el Gobierno, con el fin de convertir al país en una plataforma logística a nivel regional, dar un mayor impulso a la economía nacional y fomentar el desarrollo productivo generando más empleos”.
Seguramente, los procesos penales por los que se ha hecho famosa la TCQ y las habilidades de la PGN con el nuevo dueño de la Terminal, caminarán por caminos separados, respetando el Estado de Derecho y teniendo como objetivo la competitividad y desarrollo del país. Todos esperamos que la Terminal comience a funcionar lo antes posible.