La más reciente baja fue anunciada el miércoles último, cuando Sergio Recinos, presidente en funciones del Banco de Guatemala (Banguat) y la Junta Monetaria (JM), anunció que las condiciones económicas permitieron reducir de 3.50% a 3.25% esa tasa.
Según Luis Fernando Samayoa, gerente general del Banco de América Central (BAC), la baja de este tipo de herramienta no tiene un efecto inmediato sobre las tasas de instrumentos financieros, especialmente en los créditos de consumo.
Refirió que los más perceptibles son los de corto plazo, entre estos los Certificados de Depósito y algunas Letras de Tesorería.
El ejecutivo refirió que los cambios tardan entre 10 y 18 meses para sentirse.
Luis Lara, presidente de la Asociación Bancaria de Guatemala, coincidió con Samayoa en que el impacto, en el caso de esta última baja, se podría observar en el largo plazo.
El ejecutivo explicó que hay productos bancarios cuyos intereses no van en relación con la tasa líder, como es el caso de las tarjetas de crédito debido a que este tipo de operaciones conllevan mayor riesgo administrativo de manejo.
Agregó que, por el contrario, los medianos y grandes créditos, así como los empresariales sí tienen cierta relación. De todas maneras el impacto toma alrededor de seis meses en observarse.
Benjamín Arriaza, director general del Bantrab, comentó que cuando la tasa líder baja, usualmente se incentiva un poco más la liquidez hacia la producción, debido a que se favorece principalmente a los créditos al sector privado.
Lo anterior, explicó, inyecta liquidez a la economía y propicia mayor acceso al crédito.
Carlos González, de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales, recordó que la reducción en la tasa líder envía señales al mercado de que el Banguat actúa en función de las expectativas de inflación, las cuales son estables.