Sobre los cargos del superintendente, en primer lugar, y también de los directores, está la demanda de que el ente recaudador alcance cada período fiscal una meta de ingresos, que son los que determinan el presupuesto del país cada año.
Sin embargo, una vez más la SAT terminará el año en rojo: solo entre 2019 y 2020 la brecha fiscal –diferencia entre impuestos recaudados y programados– se triplicó y pasó de Q1.4 mil millones a Q4.5 mil millones, lo que hace que, en este punto, la institución tenga un balance deficitario. Aunque la responsabilidad final de la meta de recaudación es del superintendente, la ley establece que corresponde a los directores trazar las líneas estratégicas para alcanzarla.
De hecho, en los últimos cuatro años, la SAT solo logró la meta de recaudación en uno (2018, por la no aprobación del presupuesto) y, según dicha ley, tocó remover a dos superintendentes por no conseguir ese objetivo: Juan Francisco Solorzano Foppa en 2018 y a Abel Cruz en 2020, con lo que asumió al actual superintendente, Marco Livio Díaz Reyes.
Ley establece salarios y dietas
Tras la revelación del Caso La Línea en 2015, se hicieron reformas a la Ley Orgánica de la SAT que dieron pie a que el 16 de noviembre de 2016 se conformara el primer directorio, que estableció un salario fijo para los altos funcionarios en 2017, y que lo constituyen solo dos directores, más el ministro de Finanzas, en su calidad de director.
Las directoras que cubrieron el período 2016-2020 fueron Adriana Estévez Clavería –quien fue reelecta para otros cuatro años por el presidente Alejandro Giammattei– y Silvia Liliana Castillo Martínez –quien recién entregó el cargo– y que devengaron ingresos fijos anuales por Q927 mil 500 cada una, más dietas.
De esta forma, las directoras son las funcionarias mejor pagadas de la institución, y además tienen acceso a las dietas en el Consejo Consultivo del Registro Nacional de Personas (Renap).
La ley del Renap establece que el directorio de la SAT debe nombrar a un titular y a un suplente. Sin embargo, esta es la primera vez que las dos directoras –Estévez y Castillo– cubren por el período completo esta atribución.
Por medio de la Ley de Acceso a la información pública del Renap, se informó que se celebra una reunión promedio mensual y tres extraordinarias. El Consejo lo integran cinco titulares y cinco suplentes.
El monto por dieta es de Q3 mil, y, de enero a noviembre último, el pago acumulado para los 10 miembros era de Q1 millón 248 mil. En promedio, cada director de ese Consejo recibe Q12 mil mensuales por el número de reuniones, y en un año el ingreso será de Q144 mil.
“Directoras tienen responsabilidad”
Las directoras, sumando el salario en la SAT, más las dietas en el Renap, habrían logrado ingresos por Q78 mil mensuales cada una. Sin embargo, su participación no representó que la institución alcanzara sus objetivos de recaudación en el período 2016-2020.
Rudy Castañeda, exjefe de la SAT, explicó que, al ser miembros de un directorio, también hay responsabilidad.
Citó como ejemplo lo que ocurre en el sector privado, en donde hay una junta directiva, que son los responsables de los accionistas en una asamblea general, y ellos responden a los intereses y conglomerados propietarios y se nombra a un ejecutor.
Cuando se pasa al caso de la SAT, es el superintendente, pero los responsables de definir las líneas estratégicas del desarrollo de la entidad son los miembros del directorio. “El directorio es el que responde a los intereses de un colectivo que somos los ciudadanos y ellos son responsables de dictar las estrategias de recaudación”, puntualizó.
Al respecto, dijo que se tiene que buscar algún mecanismo para que los ciudadanos evalúen que la labor de los directores sea efectiva. En la actualidad, no existe un mecanismo de cuentadancia.
“La pregunta que se debe hacer es si realmente las personas que reciben una dieta están realmente cumpliendo su función y cómo se mide. La SAT no escapa de ser un tema corporativo” dijo.
¿A tiempo completo en la SAT?
Miguel Gutiérrez, exsuperintendente de la SAT, afirmó que se debe derogar la Ley de la integración del actual directorio, reformarla como estaba antes o bien eliminarla, ya que, a su criterio, “es inoperante”.
Esta derogación la propone porque considera que los directores tienen “toda y ninguna” responsabilidad en cuanto a las metas de recaudación, ya que la reforma planteada en el 2015 –y vigente un año después– lo que hace es involucrarlos en la administración, pero sin herramientas, lo que hace debilitar a la institución.
En el tema de la designación al consejo del Renap, aseveró que la Contraloría General de Cuentas de la Nación tendría que entrar analizar si es permitido, ya que se entiende que las directoras están a tiempo completo en la SAT y con un salario fijo.
“Yo hace años cerré mi bufete cuando fui superintendente y me dediqué a mi trabajo. Si fuera por dietas, no le resta responsabilidad, y la ley dice cuál es su responsabilidad, añade Castañeda, y recordó que en la normativa no se dice qué se hace si no se cumple por parte de algún director, pero sí del superintendente (se destituye).
Su visión es que habría que determinar si existe un conflicto de ley, porque “no tiene lógica que no se alcancen los resultados de la cobranza porque las personas estén teniendo actividades en otro tipo de cuestiones. La normativa, lo que pretende es que el superintendente no pueda tener actividades personales y se dedique 100% a la SAT” insiste Castañeda.
Consultados algunos exmiembros del Directorio, opinaron que siempre la designación estaba a cargo de un director en el
Renap, pero por el cambio a la Ley Orgánica de la SAT cuando el Congreso modificó el organigrama y las funciones, los directores deben estar a tiempo completo en la institución para conocer las estrategias para mejorar la cobranza.
En este caso, con las condiciones actuales, lo recomendable es que los directores no se ocupen en otras posiciones u responsabilidades y que se dediquen a la institución, aconsejaron.
Legal, pero “inadmisible”
Marvin Flores, analista de Acción Ciudadana (AC), comentó que es necesario hacer una evaluación de los salarios en la SAT. Indicó que, aunque el ente recibe 2% del total de lo recaudado, lo que le garantiza ingresos, es conveniente la valoración de los sueldos.
“Notoriamente, aunque sea admisible legalmente, no debería ser tolerado en una institución que tiene en sus manos la recaudación tributaria, en un país que tiene la carga más baja de América Latina; peor ahora con la pandemia, que los ingresos tributarios van a caer significativamente”, enfatizó el consultor de AC.
Por otro lado, declaró Flores, se debe salvaguardar la moral de los contribuyentes, en el sentido de pagar impuestos, sabiendo que van a ser bien utilizados, empezando con el mismo directorio que sea un ente imparcial, sin influencias de actores o personajes externos.
Director de la SAT devenga Q77 mil 718 mensuales
El ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, también es el presidente del directorio de la SAT y percibe un salario líquido de Q42 mil 566 mensuales, que incluyen los gastos de representación. En promedio de enero a octubre, el ingreso promedio mensual por las dietas es de Q35 mil 152.
Se debe tomar en cuenta que el ministro obtiene dietas por su participación en la Junta Monetaria, en la junta directiva del Crédito Hipotecario Nacional, el directorio de la SAT y el Consejo Nacional de Alianzas para el Desarrollo de Infraestructura Económica (Conadie).
En promedio el salario mensual del ministro más las dietas es de Q77 mil 718.
En la SAT, González Ricci recibe una dieta de Q2 mil 500 por cada reunión y a octubre se reportó un ingreso de Q22 mil 500.