Rusia se mostró dispuesta a hacer una excepción con Teherán, que no limitará la producción hasta que alcance los niveles anteriores a la entrada en vigor de las sanciones.
Recientemente, el Gobierno ruso adelantó que aumentará este año la extracción con respecto a 2015, pero la mantendrá en los niveles de enero pasado, en línea con el preacuerdo de congelación de la producción alcanzado en febrero con Venezuela, Arabia Saudí y Catar.
“La extracción de crudo aumentará en el marco de los acuerdos de Doha. Oscilará entre los 536 y los 540 millones de toneladas” , dijo el viceministro de Energía ruso, Alexéi Teksler.
El funcionario explicó que esas cifras representarán un ligero aumento en relación con los volúmenes de 2015, cuando se extrajeron 534,2 millones de toneladas de petróleo.
Con todo, Rusia mantiene su compromiso de conservar durante todo el año los niveles de extracción de enero, cuando aumentó un 1,5 % con respecto a 2015, para lo que mantiene “un control diario” sobre la producción de los diferentes yacimientos del país.
Rusia se comprometió a congelar la extracción, pero con la condición de que ese paso sea secundado por el resto de exportadores de petróleo.
La propuesta de congelación será abordada por los países miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, además de otros Estados productores, como Rusia, el próximo 17 de abril en Doha.
El objetivo de esta medida es estabilizar el precio del crudo en los mercados internacionales, después de que este haya caído a sus niveles más bajos desde hace doce años debido a un exceso de oferta.
El ministro de Energía ruso, Alexandr Novak, quien siempre se había resistido a una posible reducción de la extracción, señaló que 50 dólares por barril sería un precio asumible para exportadores y consumidores y descartó un posible retorno a los 100 dólares de mediados de 2014.