Los republicanos de la Cámara de Representantes y el Senado habían acordado un texto a mediados de semana, pero en la versión dada a conocer el viernes por la noche introdujeron algunas modificaciones que exigió, para brindarle su apoyo, el senador Marco Rubio.
Ambas cámaras aprobaron hace algunas semanas con el apoyo exclusivo de los republicanos sendas versiones, y el texto presentado es fruto de un trabajo de conciliación.
Como ya se sabía, el acuerdo recoge una bajada del 35% al 21% en el actual impuesto de sociedades que pagan las empresas, piedra angular del plan fiscal que prometió Trump en la campaña electoral.
Trump quería que la bajada fuera al 20 %, pero finalmente accedió al 21% “porque no salían los números”.
La reforma impositiva de Trump también incluye una bajada del 39.6% al 37% al tramo más alto de la renta individual, que pagan hogares con unos ingresos de medio millón de dólares al año.
Otro de los puntos destacados de la reforma impositiva es las reducción de impuesto de sucesiones: los republicanos acordaron doblar la actual cifra libre de impuestos en las herencias, que pasa de US$5.5 millones a US$11 millones para los ciudadanos solteros y de US$11 millones a US$22 millones para los matrimonios.
Otros cambios
El nuevo plan impositivo, sin embargo reduce a US$10 mil la deducción anual en impuestos locales y estatales, que hasta ahora era ilimitada para el impuesto a la propiedad, pero con el texto definitivo los republicanos la ampliaron a todos los impuestos, incluido el de la renta.
El cambio llegó después de que los congresistas de los estados con mayor carga impositiva, como Nueva York, California y Connecticut, alertasen de que las rentas más altas en estos territorios podían terminar pagando más.
Otro de los cambios, que se introdujo para contentar al senador Rubio, fue la deducción impositiva por hijo, que pasa de US$1 mil a US$2 mil por niño o niña. La medida beneficia a las familias con menores ingresos porque amplía de US$1 mil 100 a US$1 mil 400 las posibles devoluciones derivadas de esta deducción.
Estas y otras medidas forman parte de una gran reforma impositiva considerada como la más importante del país desde la de Ronald Reagan de 1986.
Esta bajada generalizada de impuestos implica un aumento del déficit presupuestario de 1.5 billones de dólares en la próxima década, que Trump considera fundamental para revitalizar la actividad económica y acelerar el crecimiento anual del país por encima del 3 %.
Dentro de la reforma fiscal los republicanos han incluido dos medidas de su agenda legislativa.
Por un lado deroga la obligación a todos los ciudadanos de tener un seguro médico que figura en la actual ley sanitaria, conocida como “Obamacare” porque fue promovida por el expresidente Barack Obama.
Por el otro, autoriza por primera vez las prospecciones de gas y petróleo en el Ártico.
En un comunicado, la Casa Blanca se felicitó por el acuerdo y recordó que “cuando Trump comenzó su campaña, prometió políticas económicas de crecimiento que proporcionasen un muy necesario alivio fiscal para todos los estadounidenses”.
“El presidente Trump está a punto de cumplir esa promesa”, añadió.
Se espera que Cámara de Representantes y el Senado voten el texto definitivo la próxima semana para que Trump pueda ratificar la ley antes de Navidad.
De este modo, los republicanos no esperarán como habían pedido los demócratas a que tome posesión el senador elector por Alabama, Doug Jones, que limita la mayoría conservadora en la Cámara Alta a un solo escaño.