He estudiado y observado que este modelo dejó de ser efectivo, pues estas juntas directivas cumplen más con los procesos formales y legales que con la dirección, análisis y decisión sobre los temas sustantivos para la empresa y sus accionistas.
Al no haber renovación de miembros de junta directiva, el ente pierde su capacidad de innovación y de ver lo que el nivel ejecutivo no ve. Se genera la “ceguera por paisaje”.
Ser miembro de JD es una tarea que exige integridad, experiencia, conocimientos, sabiduría, liderazgo, humildad, independencia y carácter. Partamos de la base de que la instancia de JD no es ejecutiva ni técnica.
Por ello, no recomendamos que uno de los criterios principales para seleccionar miembros de junta directiva sean por su especialidad profesional (abogados, economistas, auditores, mercadólogos, etc.), pues esto, lejos de ser una fortaleza, en el corto plazo se convierte en una debilidad.
En su lugar, sugerimos que aporta más una persona que haya tenido experiencia en una gerencia general de empresas en crecimiento. O bien, personas que tengan experiencia de trabajo en diversas juntas directivas en compañías con fines de lucro.
Ambos criterios permitirán agregar valor al trabajo que debe hacer la JD, y el ente colegiado podrá desarrollar de mejor forma su capacidad de saber lo que conviene hacer, cómo enfocar las cosas, cómo resolverlas, qué pasos dar y en qué orden.
También sugerimos integrar hombres y mujeres con una distribución etaria multigeneracional, pues hoy, más que nunca, es fundamental considerar perspectivas desde la óptica de personas de diferente género y edad. Lo complejo en empresas familiares es que los miembros tengan la madurez de discutir puntos de vista disímiles, sin que ello se convierta en un problema personal.
Por eso es que en gobierno corporativo al hecho de ser simultáneamente accionista, familiar y ejecutivo se le denomina “conflicto de interés”, lo que significa que la persona pierde o disminuye su objetividad en el análisis y toma de decisiones en donde la situación afecte a dos o a las tres dimensiones.
En este sentido, la presencia en JD de personas ajenas a la familia, que conozcan y sepan jugar su rol con independencia, le agrega la dosis necesaria de objetividad al ente director.
La evidencia empírica demuestra que las empresas familiares a nivel mundial que han dado este paso logran mejores resultados en el mediano y largo plazo. La renovación de miembros de la JD es un tema que la asamblea de accionistas de una empresa familiar debe considerar con seriedad cada cierto tiempo.
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