Del 2008 al 2018, Guatemala recibió US$63 mil 88 millones por concepto de remesas familiares, que confirma que es un motor importante para la economía.
Para tener una idea, esa cantidad acumulada, significa aproximadamente Q473 mil 790 millones.
Ese monto —para efectos ilustrativos— significa lo que produjo la economía en el 2015, cuando fue de Q488 mil 128.2 millones —a precios de cada año—.
Es decir que, en 10 años de recepción de remesas, es lo que en un año produjo la economía.
Recuperación
Pedro Pablo Solares, asesor de la iniciativa Puente Norte Migraciones, expresó que se cumple una década en la cual la tendencia del crecimiento se mantiene, y para este año no hay señales que indiquen que el indicador disminuya o se contraiga.
Explicó que desde el 2014 se observó un ingreso más precipitado, que se podría mantener para este ejercicio.
“Hay un incremento anual muy significativo, y solo se observó la interrupción en el 2008 y en el 2009, atribuida a la crisis económica. Pero, a partir de ese entonces, no hay interrupción y el crecimiento es óptimo”, dijo.
De acuerdo con las cifras, solo en ese período hubo un estancamiento y desde entonces el ritmo viene en crecimiento anual de hasta dos dígitos.
El ingreso de divisas por remesas familiares alcanzó en enero del 2019 los US$688.1 millones, 53.5 millones más que en el mismo mes del año anterior.De acuerdo con el cómputo del Banco de Guatemala (Banguat), la variación porcentual subió 8.4%, a pesar de que históricamente enero es de los meses que menos envíos registran.La cifra también representa un récord frente a otros registros en enero, pues el monto más alto que contabiliza el Banguat había sido en enero del 2018, cuando las remesas llegaron a los US$634.6 millones.Sin embargo, en seis meses del 2018 —un año récord para los envíos desde el extranjero— se superó la barrera de los US$800 millones, un fenómeno que no se había visto en la historia reciente de ese indicador.
Tan solo el año pasado, el incremento fue del 13.3%, en relación con el 2007, y alcanzó una cifra récord de US$9 mil 287.7 millones —Q70 mil millones—.
Ana Sofía Domínguez, analista de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asíes), confirmó que ese ritmo es positivo, y la tendencia viene “fuerte”, que para este año podría equilibrar el monto de las exportaciones.
Calificó la suma de alta, y confirma que Guatemala, a escala regional, es uno de los países donde el volumen tiene tendencia sustentada.
Sobre las causas que explican ese desempeño existe una combinación entre la migración de guatemaltecos hacia los Estados Unidos, más una mejora en el empleo, que da como resultado más envíos.
Solares recalcó que las políticas migratorias de Estados Unidos pueden tener un efecto directo y no existe una evidencia clara de que los migrantes estén enviando sus ahorros o depósitos por miedo a una deportación.
Sin embargo, el promedio de cada remesa tiene una variación alcista.
Pedro Pablo Solares, consultor migratorio, comentó que la comunidad migrante guatemalteca en los Estados Unidos continúa con un desplazamiento interno que obedece a buscar mejores oportunidades de empleo en sectores como la industria cárnica, construcción y agrícola, donde se emplean, así como aquellos estados donde son menos estrictos en la aplicación de normas migratorias. La mejora de la economía en los Estados Unidos —que está demandando mayor mano de obra, sobre todo de migrantes— es la causa que explica el buen desempeño de las remesas.
Proyección
Para este año, según la política monetaria, se proyecta un ingreso de remesas por US$10 mil 86.1 millones, lo que significará un crecimiento de 8% respecto del 2018. Es decir, se espera un ingreso mayor en US$747.1 millones.
Una de las razones, que confirma ese crecimiento, es que la economía de los Estados Unidos pasa por su mejor momento.
Domínguez dijo que todo apunta a que en este año se alcanzará la barrera de los US$10 mil millones, esto a pesar de las medidas antimigratorias.
Explicó que el efecto de las caravanas de los migrantes difícilmente pueda reflejarse este año en Guatemala, El Salvador y Honduras, ya que muchas de las personas deberán insertase en el campo laboral en los Estados Unidos, de los que puedan pasar la frontera, y eso requiere determinado tiempo.
La política señala que parte del crecimiento económico esperado para este año —en el rango del 3 al 3.8%— estará influenciado por una mayor demanda interna —consumo— por el aumento de las remesas familiares.
“Para el 2019 se prevé que la demanda interna registre un crecimiento de 3.6%, impulsada por la evolución positiva asociada a las remesas familiares, las remuneraciones de los hogares”, cita el documento.
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