La medida que pretende reducir los impuestos de 35% a 15% a las empresas, principalmente a las pequeñas, tendría un impacto importante; sin embargo, el efecto positivo duraría muy poco tiempo, refirió el economista.
En opinión de García Lara, a corto plazo habrá oportunidades para Guatemala por la vía del comercio y el envío de remesas, pero también habrá repercursiones por las reacciones que podrá adoptar la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) que elevará las tasas de interés, que se traduce en el costo del dinero.
¿Cuál es su lectura sobre las intenciones fiscales en EE. UU.?
Es una propuesta y al tratarse de una reducción de impuestos tendrá que pasar por el Congreso de ese país. La primera reflexión es esa, ya que no será algo inmediato por el proceso político que no garantiza que pueda ser una realidad.
En el escenario que si suceda ¿qué puede ocurrir?
En una primera etapa tendrá un impacto positivo en la actividad económica, sobre todo en la producción de bienes y servicios que incentiva la producción y la inversión de las empresas en Estados Unidos, así como el gasto de los consumidores y la producción.
¿En ese escenario, qué efectos pueden haber para el país?
Habrá un aumento de la demanda agregada y del producto interno bruto estadounidense, y eso para Guatemala tendrá un impacto indirecto positivo por que es el principal socio comercial por la vía de las exportaciones.
Por el lado de las remesas familiares podría haber un incremento, esto generado en la medida que por el aumento de la producción de EE. UU., se generen más empleos para los imigrantes guatemaltecos que despachan envíos.
¿Tiene algún panorama negativo este plan?
Con estas medidas, la política fiscal expansiva de EE. UU. aumentaría el déficit fiscal —gasto programado por el Estado que supera los ingresos— por la reducción de los ingresos del Gobierno.
Al mismo tiempo, se plantea un incremento en rubros de seguridad y defensa por lo que se prevé un incremento del déficit fiscal.
¿Entonces, habrá efectos?
Sí, porque en las dos primeras fases no hay problema. La situación se complica en la tercera porque la reducción de impuestos se reflejará en un déficit fiscal, se disparará la tasa de interés, ya que la FED va a reaccionar endureciendo la política monetaria.
La tercera etapa reduciría el impacto positivo de la segunda fase, tanto para EE. UU. como para Guatemala.
¿Cuánto podría durar?
Si se aprueba rápido y entra en vigencia en el siguiente ejercicio fiscal tendría un impacto positivo en un año, pero seguido la FED reaccionará subiendo la tasa de interés y lo diluiría en pocos meses.
¿Son acertadas las acciones?
Tiene lógica, pero el impacto es demasiado corto porque la economía de EE. UU. viene en recuperación. Este tipo de medidas es efectiva cuando el país vivió la crisis del 2008.
En ese entonces, una reforma como la planteada ayer habría funcionada ya que al recortar los impuesto se estimula la economía y la FED hubiera bajado la tasa de interés.