Las autoridades han identificado ese flujo de dinero ilícito en por lo menos cuatro tipologías –estudio del patrón de comportamiento del delincuente–: movimientos de dinero en puntos fronterizos, trata de personas, migración irregular y extorsiones.
Migración
“La pandemia implicó quedarse en casa, y la industria financiera de pagos ha tenido que moverse de alguna manera a mecanismos electrónicos o transaccionales por vías remotas y se ha implementado e incentivado el monitoreo” de estas tipologías, explicó Saulo de León jefe de la Intendencia de Verificación Especial (IVE).
El intendente confirmó que en los análisis que han efectuado se detectó que “hay un incremento del uso de los canales electrónicos”, a través de denuncias que se han trasladado a la Fiscalía de Lavado de Dinero del Ministerio Público (MP) para su investigación. En comparación con otros años, este patrón no se había experimentado.
“Estas modalidades ya identificadas se han incrementado, y derivado de las circunstancias de salud en las que estamos, los pagos y mecanismos electrónicos han tenido un aumento considerable”, aseveró a Prensa Libre.
Precisó que las personas obligadas cuentan con software especializados que monitorean la totalidad de las transacciones a partir de ciertas parametrizaciones que pueden considerarse como inusuales y que deban ser examinadas y reportadas a la IVE.
Cinco de cada 10 denuncias
El intendente dijo que entre 40 a 50% de las denuncias que se han presentado al MP en este año van enfocadas a delitos que se cometieron a través de estos mecanismos. Eso equivale a que cinco de cada 10 denuncias presentan este patrón detectado por la IVE.
Al 4 de diciembre, las denuncias y ampliaciones de denuncias por lavado de dinero son de 270, mostrando un incremento de 27% con respecto al mismo período del año pasado, cuando fueron 213 expedientes.
De la misma forma, el número de personas involucradas en las denuncias y ampliaciones registra un incremento de 20%, con dos mil 330 con respecto a mil 935 del 2019.
El monto denunciado por lavado de dinero es de Q1 mil 748 millones, menor a los Q3 mil 299 de hace un año. Mientras que los reportes de transacciones sospechosas (RTS) superan los tres mil 932.
Mover el dinero a toda costa
Ricardo Vélez, exjefe de la IVE, quien participó en el XV Congreso Regional de Remesas, Microfinanzas e Inclusión Financiera que llevó a cabo la Escuela Bancaria de Guatemala (EBG), declaró que el uso de los agentes no bancarios para la distribución de servicios financieros es cada vez un modelo más popular no solo en Guatemala sino a escala mundial, y existen los riesgos de la mezcla de esquemas de posibles casos de lavado de dinero utilizando las herramientas tecnológicas o digitales.
Remarcó que dada la situación del covid-19, puede ser utilizada por las redes criminales para mover flujos de dinero y transacciones.
Al respecto, de León enfatizó en que, desde hace varios años, se han implementado mecanismos en administración de riesgos que son: factor riesgo del cliente; factor de riesgo geográfico, factor de riesgo de producto y el factor de canal de distribución.
En este último se entiende como la forma en que las personas obligadas, como bancos, cooperativas de ahorro y crédito, aseguradoras o emisoras de tarjeta de crédito, prestan los servicio a sus clientes.
Tipologías
Con los análisis del origen de los fondos por medio de los factores de riesgo geográfico y la determinación de las tipologías de lavado de dinero, la IVE determinó que el movimiento de dinero en efectivo en los puntos fronterizos responde a la defraudación aduanera y contrabando.
En las transacciones que se mueven en las rutas internacionales hay indicios de trata de personas o migración irregular. También las redes están utilizando los mecanismos electrónicos para el cobro de extorciones, que incluso se pagan a nivel internacional.
Manteamiento de controles
En el factor de riesgo de canal de distribución, el intendente explicó que en este caso es el internet, la aplicación móvil y los mecanismos de comunicación remota que en este momento son importantes.
Confirmó que se han establecido discusiones para que las personas obligadas tengan la capacidad de capturar la información del cliente mediante los mecanismos que les permitan verificar fehacientemente la identidad y la naturaleza del origen de los fondos.
Recordó que, en febrero, antes del inicio de la pandemia, la IVE distribuyó el formulario electrónico de información del cliente, que es un mecanismo que le permite a la persona obligada capturar la información, y “a su vez les impone la obligación de verificar fehacientemente mediante mecanismos novedosos, la información y la identidad de los clientes”.