Según el analista, otro paso clave debe ser cambiar la plataforma de informática de la SAT, para que las diferentes bases de datos puedan entrelazarse y hacer una fiscalización en forma integral.
El analista fiscal Óscar Chile Monroy subrayó que se debe poner atención a la eficiencia del sector público y revisar los excesos, así como la falta de calidad del gasto, entre algunos de los aspectos a tomar en cuenta para mejorar la situación fiscal del país.
Para Chile Monroy, urge una reingeniería en el equipo de alto mando de la administración tributaria para refrescarla, ya que después de la crisis de corrupción, la SAT funcionó a control remoto y los ingresos llegaron “por gravedad”, afirma.
En adición, Chile Monroy dijo que se necesitan modificaciones a la Ley Orgánica para que la SAT funcione completamente de manera autónoma.
Un punto más es recobrar el control de las fronteras, pues “prácticamente, en términos comerciales, el país carece de fronteras”, afirmó.
Según Ricardo Barrientos, analista del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), “el presidente está financieramente de rodillas ante un Congreso dominado por la oposición”, por lo que, entre otras acciones, debe iniciar con la implementación de un plan de recuperación de la SAT.
Barrientos agregó que la administración de Jimmy Morales debería corregir los errores en las fuentes de financiamiento aprobadas en el presupuesto de este año.
Otra recomendación de Barrientos es la de aprobar reformas al impuesto sobre la renta (ISR), para subir las tasas marginales a empresas y personas de alto ingreso.
Por aparte, el exministro de Finanzas, Dorval Carías, panelista en una actividad del Icefi, calificó de “vital” fortalecer los ingresos tributarios, porque, de lo contrario, sería obligatorio continuar con la contención del gasto y la focalización de recursos en rubros como el pago de nómina y los servicios básicos.
Según Carías, el presupuesto del Estado debe reformarse y asignar una fuente de financiamiento adecuada a algunas entidades estatales.
Carías recomendó concluir la negociación de los préstamos de US$500 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial.