La zona arqueológica no necesita de un tren, sino de una infraestructura básica para la atención del turismo y así se ajuste a las necesidades del sitio, añadió.
Para Carlos Crasborn, representante legal de la comunidad Carmelita, San Andrés, al no tomarse en cuenta a los comunitarios se está creando un problema social, y de autorizarse tendría repercusiones lamentables, ya que disminuirían en gran manera las excursiones a pie a ese sitio maya.
Carlos Jiménez, operador de turismo en Petén, dijo que el plan tiene pros y contras, ya que un tren es la manera más conveniente y rápida de llevar turismo a la zona, pero que antes de pensar en estos proyectos, la población petenera del lugar debe tener conocimiento de los planes.
“En ningún momento nos han notificado sobre el proyecto, rechazamos categóricamente la instalación del tren, el cual está creando una molestia interna, y mientras no se realice una consulta con los comunitarios, vamos a seguir en la lucha de no aceptar”, concluyó el representante legal de Carmelita.